Un jefe de Estado

El Presidente de la República rige los destinos de sus representados cumpliendo el juramento en la posesión de asumir tan altas funciones para lo que fue electo. Su accionar es ecuánime, respetuoso y terminante en las decisiones basado en la ley que le asiste como alto jerarca del pueblo que lo eligió y que representa. Debe seleccionar la idoneidad de sus magistrados, trayectoria ejemplarizadora en el tiempo que da la vida para actuar y desenvolverse a fin con las necesidades y proyectos de la nación.

Tantas apreciaciones que sabemos merecen tener los gobernantes de un país sin atropellar a sus coterráneos, a sus conciudadanos, sin perennizarse como cosa propia en tan alta función. La preparación intelectual, humana, el léxico correcto es indispensable sin endilgar epítetos pueblerinos, rústicos y de mal hablar demostrando su forma precaria de donde viene, cómo se formó, con quién se relaciona, bajas pasiones, mediocridad, complejos.

El estadista es elegante al vestir, lucir, sentarse, ubicarse en una tribuna, para exponer su palabra y discurso. Es el embajador del pueblo ecuatoriano ante el mundo. Gente avezada y azuzada, a lo mejor pagada, endilgó términos despectivos, grotescos, vulgares al Presidente de los ecuatorianos. La discapacidad puede venir en cualquier momento por accidente, enfermedad; muchos ignorantes piensan que ofenden con la estupidez vertida en la expresión y no saben lo que dicen por la ignorancia manifiesta.

La fuerza pública cumple su función y sí, fue atropellada de palabra y obra porque la estupidez y la ignorancia es atrevida, los humillaron pero todo se puede esperar según de quién venga, de la bajeza humana; insolentemente procedió quien no tiene calidad humana peor respeto a una institución que cumple por mantener el orden limitándose en mucho para controlar la acción de la contienda.

Pensar que se dio manotazos en el pecho a un alto oficial de la Policía, con actuación cobarde rodeado de seguidores cegados por el que se finge ya de mandamás entre ellos para los ecuatorianos. Qué cobardía proceder así rodeado de borregos que destruyeron también parte de la naturaleza sembrada por manos ecuatorianas.

Queremos que el nuevo Presidente de los ecuatorianos sea hombre de bien, que declare los impuestos y explique el porqué de lo que tiene y cómo lo logró y que sea culto, educado, con principios y ejemplo verdadero de hombre de bien para los ciudadanos.

[email protected]

El Presidente de la República rige los destinos de sus representados cumpliendo el juramento en la posesión de asumir tan altas funciones para lo que fue electo. Su accionar es ecuánime, respetuoso y terminante en las decisiones basado en la ley que le asiste como alto jerarca del pueblo que lo eligió y que representa. Debe seleccionar la idoneidad de sus magistrados, trayectoria ejemplarizadora en el tiempo que da la vida para actuar y desenvolverse a fin con las necesidades y proyectos de la nación.

Tantas apreciaciones que sabemos merecen tener los gobernantes de un país sin atropellar a sus coterráneos, a sus conciudadanos, sin perennizarse como cosa propia en tan alta función. La preparación intelectual, humana, el léxico correcto es indispensable sin endilgar epítetos pueblerinos, rústicos y de mal hablar demostrando su forma precaria de donde viene, cómo se formó, con quién se relaciona, bajas pasiones, mediocridad, complejos.

El estadista es elegante al vestir, lucir, sentarse, ubicarse en una tribuna, para exponer su palabra y discurso. Es el embajador del pueblo ecuatoriano ante el mundo. Gente avezada y azuzada, a lo mejor pagada, endilgó términos despectivos, grotescos, vulgares al Presidente de los ecuatorianos. La discapacidad puede venir en cualquier momento por accidente, enfermedad; muchos ignorantes piensan que ofenden con la estupidez vertida en la expresión y no saben lo que dicen por la ignorancia manifiesta.

La fuerza pública cumple su función y sí, fue atropellada de palabra y obra porque la estupidez y la ignorancia es atrevida, los humillaron pero todo se puede esperar según de quién venga, de la bajeza humana; insolentemente procedió quien no tiene calidad humana peor respeto a una institución que cumple por mantener el orden limitándose en mucho para controlar la acción de la contienda.

Pensar que se dio manotazos en el pecho a un alto oficial de la Policía, con actuación cobarde rodeado de seguidores cegados por el que se finge ya de mandamás entre ellos para los ecuatorianos. Qué cobardía proceder así rodeado de borregos que destruyeron también parte de la naturaleza sembrada por manos ecuatorianas.

Queremos que el nuevo Presidente de los ecuatorianos sea hombre de bien, que declare los impuestos y explique el porqué de lo que tiene y cómo lo logró y que sea culto, educado, con principios y ejemplo verdadero de hombre de bien para los ciudadanos.

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El Presidente de la República rige los destinos de sus representados cumpliendo el juramento en la posesión de asumir tan altas funciones para lo que fue electo. Su accionar es ecuánime, respetuoso y terminante en las decisiones basado en la ley que le asiste como alto jerarca del pueblo que lo eligió y que representa. Debe seleccionar la idoneidad de sus magistrados, trayectoria ejemplarizadora en el tiempo que da la vida para actuar y desenvolverse a fin con las necesidades y proyectos de la nación.

Tantas apreciaciones que sabemos merecen tener los gobernantes de un país sin atropellar a sus coterráneos, a sus conciudadanos, sin perennizarse como cosa propia en tan alta función. La preparación intelectual, humana, el léxico correcto es indispensable sin endilgar epítetos pueblerinos, rústicos y de mal hablar demostrando su forma precaria de donde viene, cómo se formó, con quién se relaciona, bajas pasiones, mediocridad, complejos.

El estadista es elegante al vestir, lucir, sentarse, ubicarse en una tribuna, para exponer su palabra y discurso. Es el embajador del pueblo ecuatoriano ante el mundo. Gente avezada y azuzada, a lo mejor pagada, endilgó términos despectivos, grotescos, vulgares al Presidente de los ecuatorianos. La discapacidad puede venir en cualquier momento por accidente, enfermedad; muchos ignorantes piensan que ofenden con la estupidez vertida en la expresión y no saben lo que dicen por la ignorancia manifiesta.

La fuerza pública cumple su función y sí, fue atropellada de palabra y obra porque la estupidez y la ignorancia es atrevida, los humillaron pero todo se puede esperar según de quién venga, de la bajeza humana; insolentemente procedió quien no tiene calidad humana peor respeto a una institución que cumple por mantener el orden limitándose en mucho para controlar la acción de la contienda.

Pensar que se dio manotazos en el pecho a un alto oficial de la Policía, con actuación cobarde rodeado de seguidores cegados por el que se finge ya de mandamás entre ellos para los ecuatorianos. Qué cobardía proceder así rodeado de borregos que destruyeron también parte de la naturaleza sembrada por manos ecuatorianas.

Queremos que el nuevo Presidente de los ecuatorianos sea hombre de bien, que declare los impuestos y explique el porqué de lo que tiene y cómo lo logró y que sea culto, educado, con principios y ejemplo verdadero de hombre de bien para los ciudadanos.

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El Presidente de la República rige los destinos de sus representados cumpliendo el juramento en la posesión de asumir tan altas funciones para lo que fue electo. Su accionar es ecuánime, respetuoso y terminante en las decisiones basado en la ley que le asiste como alto jerarca del pueblo que lo eligió y que representa. Debe seleccionar la idoneidad de sus magistrados, trayectoria ejemplarizadora en el tiempo que da la vida para actuar y desenvolverse a fin con las necesidades y proyectos de la nación.

Tantas apreciaciones que sabemos merecen tener los gobernantes de un país sin atropellar a sus coterráneos, a sus conciudadanos, sin perennizarse como cosa propia en tan alta función. La preparación intelectual, humana, el léxico correcto es indispensable sin endilgar epítetos pueblerinos, rústicos y de mal hablar demostrando su forma precaria de donde viene, cómo se formó, con quién se relaciona, bajas pasiones, mediocridad, complejos.

El estadista es elegante al vestir, lucir, sentarse, ubicarse en una tribuna, para exponer su palabra y discurso. Es el embajador del pueblo ecuatoriano ante el mundo. Gente avezada y azuzada, a lo mejor pagada, endilgó términos despectivos, grotescos, vulgares al Presidente de los ecuatorianos. La discapacidad puede venir en cualquier momento por accidente, enfermedad; muchos ignorantes piensan que ofenden con la estupidez vertida en la expresión y no saben lo que dicen por la ignorancia manifiesta.

La fuerza pública cumple su función y sí, fue atropellada de palabra y obra porque la estupidez y la ignorancia es atrevida, los humillaron pero todo se puede esperar según de quién venga, de la bajeza humana; insolentemente procedió quien no tiene calidad humana peor respeto a una institución que cumple por mantener el orden limitándose en mucho para controlar la acción de la contienda.

Pensar que se dio manotazos en el pecho a un alto oficial de la Policía, con actuación cobarde rodeado de seguidores cegados por el que se finge ya de mandamás entre ellos para los ecuatorianos. Qué cobardía proceder así rodeado de borregos que destruyeron también parte de la naturaleza sembrada por manos ecuatorianas.

Queremos que el nuevo Presidente de los ecuatorianos sea hombre de bien, que declare los impuestos y explique el porqué de lo que tiene y cómo lo logró y que sea culto, educado, con principios y ejemplo verdadero de hombre de bien para los ciudadanos.

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