Tres millones de dólares para estar más informados sobre temas de tsunami

AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.
AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.
AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.
AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.
AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.
AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.
AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.
AVANCE. Con las boyas, en caso de un terremoto se podría precisar si habrá o no un tsunami que impacte en las costas del Ecuador.

Esmeraldas es una de las provincias del Ecuador propensa a sufrir tsunamis. Cada domingo, a las 12:00, a través de altoparlantes del Sistema de Alerta Temprana (SAT) que contrala el ECU911, se advierte a la comunidad de que en caso de escuchar el sonido particular, parecido al ulular de un carro de emergencias, deben evacuar porque se acerca un terremoto.

Esa es una de las formas de ir familiarizando a la población y no dejarla que caiga en el letargo, ya que luego del terremoto del 16 de abril del 2016, se volvió a confirmar la vulnerabilidad de la población frente a eventos adversos.

Otra forma de ayudar a tener una respuesta temprana, no solo para terremotos, sino para potenciales inundaciones por el aumento del nivel del mar y ríos, será a través de una boya que se instalará a 74 millas náuticas frente a las costas esmeraldeñas. También se ubicará a 45 millas de Manta. Todo valorados en unos 3 millones de dólares.

¿Cómo funcionan?

¿Desde cuándo se las instalarán? es algo que las autoridades gubernamentales que hicieron la adquisición y anuncio junto a los equipos no lo precisaron, pero sí que serán de ayuda preventiva.

Betto Estupiñán, director de Gestión de Riesgos del Municipio de Esmeraldas, explicó parte del funcionamiento de los dispositivos. Aclaró que la principal función es advertir en caso de tsunami cuando el epicentro del terremoto sea lejano, pero en caso de ser cercano, es decir que la población sienta que no puede mantenerse en pie por el remezón, deberá evacua inmediatamente.

Un recordatorio adicional lo hará el SAT. Según datos del ECU911, en la provincia de Esmeraldas, a excepción de Quinindé, se cuenta con 37 infraestructuras del SAT, varias de ellas con 16 bocinas, y las ubicadas en el turístico cantón de Atacames rodeado de mar, con 20 en cada poste.

«Esmeraldas ya tiene historia con respecto a tsunami. El primero en 1906, luego en 1958 y otro 1979. Con las boyas se tendrán datos más reales, que permitirán hacer modelamiento del tiempo de arribo y altura de las olas», precisa el especialista con conocimientos internacionales en gestión de riesgos.

Mantener la calma

Hace énfasis en la importancia de mantener la calma en todos los niveles de emergencias. Además, aclara que colocar las boyas no representa un inminente terremoto o tsunami, sino que una forma de ir actualizando y fortaleciendo el Sistema de Alerta Temprana que ya tiene el Ecuador.

El equipo de alta gama que cuenta con censores que llegan a la profundidad del mar en las cercanías de la zona de subducción, sirven, además, para descartar alertas y permiten, con total precisión, determinar la ocurrencia o no de un tsunami en las zonas costeras.

La información se recibe en el Inocar y cuando hay dos mediciones continuas que rebasan el nivel normal se emite una alerta al Centro de Monitoreo Oceánico (CMO), que permite verificar la existencia o no de un tsunami para que las instituciones activen sus protocolos dependiendo de cada caso.

Esmeraldas es una de las provincias del Ecuador propensa a sufrir tsunamis. Cada domingo, a las 12:00, a través de altoparlantes del Sistema de Alerta Temprana (SAT) que contrala el ECU911, se advierte a la comunidad de que en caso de escuchar el sonido particular, parecido al ulular de un carro de emergencias, deben evacuar porque se acerca un terremoto.

Esa es una de las formas de ir familiarizando a la población y no dejarla que caiga en el letargo, ya que luego del terremoto del 16 de abril del 2016, se volvió a confirmar la vulnerabilidad de la población frente a eventos adversos.

Otra forma de ayudar a tener una respuesta temprana, no solo para terremotos, sino para potenciales inundaciones por el aumento del nivel del mar y ríos, será a través de una boya que se instalará a 74 millas náuticas frente a las costas esmeraldeñas. También se ubicará a 45 millas de Manta. Todo valorados en unos 3 millones de dólares.

¿Cómo funcionan?

¿Desde cuándo se las instalarán? es algo que las autoridades gubernamentales que hicieron la adquisición y anuncio junto a los equipos no lo precisaron, pero sí que serán de ayuda preventiva.

Betto Estupiñán, director de Gestión de Riesgos del Municipio de Esmeraldas, explicó parte del funcionamiento de los dispositivos. Aclaró que la principal función es advertir en caso de tsunami cuando el epicentro del terremoto sea lejano, pero en caso de ser cercano, es decir que la población sienta que no puede mantenerse en pie por el remezón, deberá evacua inmediatamente.

Un recordatorio adicional lo hará el SAT. Según datos del ECU911, en la provincia de Esmeraldas, a excepción de Quinindé, se cuenta con 37 infraestructuras del SAT, varias de ellas con 16 bocinas, y las ubicadas en el turístico cantón de Atacames rodeado de mar, con 20 en cada poste.

«Esmeraldas ya tiene historia con respecto a tsunami. El primero en 1906, luego en 1958 y otro 1979. Con las boyas se tendrán datos más reales, que permitirán hacer modelamiento del tiempo de arribo y altura de las olas», precisa el especialista con conocimientos internacionales en gestión de riesgos.

Mantener la calma

Hace énfasis en la importancia de mantener la calma en todos los niveles de emergencias. Además, aclara que colocar las boyas no representa un inminente terremoto o tsunami, sino que una forma de ir actualizando y fortaleciendo el Sistema de Alerta Temprana que ya tiene el Ecuador.

El equipo de alta gama que cuenta con censores que llegan a la profundidad del mar en las cercanías de la zona de subducción, sirven, además, para descartar alertas y permiten, con total precisión, determinar la ocurrencia o no de un tsunami en las zonas costeras.

La información se recibe en el Inocar y cuando hay dos mediciones continuas que rebasan el nivel normal se emite una alerta al Centro de Monitoreo Oceánico (CMO), que permite verificar la existencia o no de un tsunami para que las instituciones activen sus protocolos dependiendo de cada caso.

Esmeraldas es una de las provincias del Ecuador propensa a sufrir tsunamis. Cada domingo, a las 12:00, a través de altoparlantes del Sistema de Alerta Temprana (SAT) que contrala el ECU911, se advierte a la comunidad de que en caso de escuchar el sonido particular, parecido al ulular de un carro de emergencias, deben evacuar porque se acerca un terremoto.

Esa es una de las formas de ir familiarizando a la población y no dejarla que caiga en el letargo, ya que luego del terremoto del 16 de abril del 2016, se volvió a confirmar la vulnerabilidad de la población frente a eventos adversos.

Otra forma de ayudar a tener una respuesta temprana, no solo para terremotos, sino para potenciales inundaciones por el aumento del nivel del mar y ríos, será a través de una boya que se instalará a 74 millas náuticas frente a las costas esmeraldeñas. También se ubicará a 45 millas de Manta. Todo valorados en unos 3 millones de dólares.

¿Cómo funcionan?

¿Desde cuándo se las instalarán? es algo que las autoridades gubernamentales que hicieron la adquisición y anuncio junto a los equipos no lo precisaron, pero sí que serán de ayuda preventiva.

Betto Estupiñán, director de Gestión de Riesgos del Municipio de Esmeraldas, explicó parte del funcionamiento de los dispositivos. Aclaró que la principal función es advertir en caso de tsunami cuando el epicentro del terremoto sea lejano, pero en caso de ser cercano, es decir que la población sienta que no puede mantenerse en pie por el remezón, deberá evacua inmediatamente.

Un recordatorio adicional lo hará el SAT. Según datos del ECU911, en la provincia de Esmeraldas, a excepción de Quinindé, se cuenta con 37 infraestructuras del SAT, varias de ellas con 16 bocinas, y las ubicadas en el turístico cantón de Atacames rodeado de mar, con 20 en cada poste.

«Esmeraldas ya tiene historia con respecto a tsunami. El primero en 1906, luego en 1958 y otro 1979. Con las boyas se tendrán datos más reales, que permitirán hacer modelamiento del tiempo de arribo y altura de las olas», precisa el especialista con conocimientos internacionales en gestión de riesgos.

Mantener la calma

Hace énfasis en la importancia de mantener la calma en todos los niveles de emergencias. Además, aclara que colocar las boyas no representa un inminente terremoto o tsunami, sino que una forma de ir actualizando y fortaleciendo el Sistema de Alerta Temprana que ya tiene el Ecuador.

El equipo de alta gama que cuenta con censores que llegan a la profundidad del mar en las cercanías de la zona de subducción, sirven, además, para descartar alertas y permiten, con total precisión, determinar la ocurrencia o no de un tsunami en las zonas costeras.

La información se recibe en el Inocar y cuando hay dos mediciones continuas que rebasan el nivel normal se emite una alerta al Centro de Monitoreo Oceánico (CMO), que permite verificar la existencia o no de un tsunami para que las instituciones activen sus protocolos dependiendo de cada caso.

Esmeraldas es una de las provincias del Ecuador propensa a sufrir tsunamis. Cada domingo, a las 12:00, a través de altoparlantes del Sistema de Alerta Temprana (SAT) que contrala el ECU911, se advierte a la comunidad de que en caso de escuchar el sonido particular, parecido al ulular de un carro de emergencias, deben evacuar porque se acerca un terremoto.

Esa es una de las formas de ir familiarizando a la población y no dejarla que caiga en el letargo, ya que luego del terremoto del 16 de abril del 2016, se volvió a confirmar la vulnerabilidad de la población frente a eventos adversos.

Otra forma de ayudar a tener una respuesta temprana, no solo para terremotos, sino para potenciales inundaciones por el aumento del nivel del mar y ríos, será a través de una boya que se instalará a 74 millas náuticas frente a las costas esmeraldeñas. También se ubicará a 45 millas de Manta. Todo valorados en unos 3 millones de dólares.

¿Cómo funcionan?

¿Desde cuándo se las instalarán? es algo que las autoridades gubernamentales que hicieron la adquisición y anuncio junto a los equipos no lo precisaron, pero sí que serán de ayuda preventiva.

Betto Estupiñán, director de Gestión de Riesgos del Municipio de Esmeraldas, explicó parte del funcionamiento de los dispositivos. Aclaró que la principal función es advertir en caso de tsunami cuando el epicentro del terremoto sea lejano, pero en caso de ser cercano, es decir que la población sienta que no puede mantenerse en pie por el remezón, deberá evacua inmediatamente.

Un recordatorio adicional lo hará el SAT. Según datos del ECU911, en la provincia de Esmeraldas, a excepción de Quinindé, se cuenta con 37 infraestructuras del SAT, varias de ellas con 16 bocinas, y las ubicadas en el turístico cantón de Atacames rodeado de mar, con 20 en cada poste.

«Esmeraldas ya tiene historia con respecto a tsunami. El primero en 1906, luego en 1958 y otro 1979. Con las boyas se tendrán datos más reales, que permitirán hacer modelamiento del tiempo de arribo y altura de las olas», precisa el especialista con conocimientos internacionales en gestión de riesgos.

Mantener la calma

Hace énfasis en la importancia de mantener la calma en todos los niveles de emergencias. Además, aclara que colocar las boyas no representa un inminente terremoto o tsunami, sino que una forma de ir actualizando y fortaleciendo el Sistema de Alerta Temprana que ya tiene el Ecuador.

El equipo de alta gama que cuenta con censores que llegan a la profundidad del mar en las cercanías de la zona de subducción, sirven, además, para descartar alertas y permiten, con total precisión, determinar la ocurrencia o no de un tsunami en las zonas costeras.

La información se recibe en el Inocar y cuando hay dos mediciones continuas que rebasan el nivel normal se emite una alerta al Centro de Monitoreo Oceánico (CMO), que permite verificar la existencia o no de un tsunami para que las instituciones activen sus protocolos dependiendo de cada caso.