Gilma Gracia Barreiro, casi un siglo de vida

FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.
FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.
FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.
FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.
FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.
FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.
FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.
FAMILIA. Gilma Gracia Barreiro cercada del amor y cariño de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos, hoy festeja sus 99 años de vida.

Con el pasar de los años su cabello cambió de color, sus pasos ahora son más lentos, sus ojos han perdido brillo, su mirada aún tierna, pero mantiene una memoria muy lúcida. Ella es Gilma Gracia Barreiro, que hoy, en medio del cariño, amor y ternura de sus cinco hijos vivos, nietos, bisnietos y tataranietos, celebra 99 años de existencia.

Es de origen manabita, nació el 16 de noviembre de 1920, en la parroquia Cojimíes del cantón Pedernales de la provincia de Manabí. Sus padres fueron Celiano Gracia y Jacinta Barreiro. De los ocho hermanos que eran solo sobreviven ella y su hermana Justina.

Tuvo nueve hijos, de los cuales cinco están vivos: Silvia, Bella, Ceila, Wílter Fernando y Leopoldo Altafuya Gracia. Doña Gilma, en su juventud realizó varias actividades: costura, agrícola, panadería, pero el arte de la costura que le apasionaba y la heredó su hija Silva Altafuya, fue al que más le dedicó tiempo y le sacó provecho.

Lugar preferido

Vivió en Cojimíes hasta los 18 años aproximadamente y posteriormente fue a Chone, Portoviejo, Santana y a Junín a ver a sus familiares, pero cuando se casó con Jacobo Altafuya, quien fue su compañero de vida, llegó a vivir a Portete en el cantón Muisne, dejando buenas amistades.

A ellos los recuerda con mucho amor y cariño, asimismo a sus hermanos que siempre la acompañaron y nunca la dejaron sola, lo dijo con nostalgia, pensando en aquellos tiempos que no volverán jamás, insistiendo en que su lugar preferido es Cojimíes.

Expresó haber luchado mucho en esta vida, siendo parte de ella, sus amigas íntimas Panchita y Juana, con quienes compartió en reuniones, matrimonios, mostrándoles su lealtad y fidelidad. Desde hace 50 años está radicada en el sector de Las Palmas, donde vive en compañía de sus hijos y nietos.

Llenó de amor

Sara Contreras Moreira, una de las nietas a quien crió como hija, dijo cuando apenas era una niña de 3 años perdió a su madre y desde ese momento doña Gilma llenó su vida de inmenso amor y cariño, que solo ella podía darle formándola con principios y valores convirtiéndola en una mujer de bien.

“Mi mami siempre con su temple y carácter fuerte sabía calmar situaciones buscando armonía y luego sonreía, ha sido muy humilde y luchadora capaz de hacer muchas cosas con lo poco que conseguía”, expresó la agradecida nieta, añadiendo que ha sido una excelente persona, que siempre ha brindado sus consejos y apoyo a quien lo necesita.

“Mi adorada madre hoy que cumples 99 años lo único que puedo expresar es la inmensa gratitud por todo lo que nos has dado y darle gracias a Dios por la dicha de tenerte aquí junto a nosotros. Te amo mami”, manifestó Conteras Moreira.

Con el pasar de los años su cabello cambió de color, sus pasos ahora son más lentos, sus ojos han perdido brillo, su mirada aún tierna, pero mantiene una memoria muy lúcida. Ella es Gilma Gracia Barreiro, que hoy, en medio del cariño, amor y ternura de sus cinco hijos vivos, nietos, bisnietos y tataranietos, celebra 99 años de existencia.

Es de origen manabita, nació el 16 de noviembre de 1920, en la parroquia Cojimíes del cantón Pedernales de la provincia de Manabí. Sus padres fueron Celiano Gracia y Jacinta Barreiro. De los ocho hermanos que eran solo sobreviven ella y su hermana Justina.

Tuvo nueve hijos, de los cuales cinco están vivos: Silvia, Bella, Ceila, Wílter Fernando y Leopoldo Altafuya Gracia. Doña Gilma, en su juventud realizó varias actividades: costura, agrícola, panadería, pero el arte de la costura que le apasionaba y la heredó su hija Silva Altafuya, fue al que más le dedicó tiempo y le sacó provecho.

Lugar preferido

Vivió en Cojimíes hasta los 18 años aproximadamente y posteriormente fue a Chone, Portoviejo, Santana y a Junín a ver a sus familiares, pero cuando se casó con Jacobo Altafuya, quien fue su compañero de vida, llegó a vivir a Portete en el cantón Muisne, dejando buenas amistades.

A ellos los recuerda con mucho amor y cariño, asimismo a sus hermanos que siempre la acompañaron y nunca la dejaron sola, lo dijo con nostalgia, pensando en aquellos tiempos que no volverán jamás, insistiendo en que su lugar preferido es Cojimíes.

Expresó haber luchado mucho en esta vida, siendo parte de ella, sus amigas íntimas Panchita y Juana, con quienes compartió en reuniones, matrimonios, mostrándoles su lealtad y fidelidad. Desde hace 50 años está radicada en el sector de Las Palmas, donde vive en compañía de sus hijos y nietos.

Llenó de amor

Sara Contreras Moreira, una de las nietas a quien crió como hija, dijo cuando apenas era una niña de 3 años perdió a su madre y desde ese momento doña Gilma llenó su vida de inmenso amor y cariño, que solo ella podía darle formándola con principios y valores convirtiéndola en una mujer de bien.

“Mi mami siempre con su temple y carácter fuerte sabía calmar situaciones buscando armonía y luego sonreía, ha sido muy humilde y luchadora capaz de hacer muchas cosas con lo poco que conseguía”, expresó la agradecida nieta, añadiendo que ha sido una excelente persona, que siempre ha brindado sus consejos y apoyo a quien lo necesita.

“Mi adorada madre hoy que cumples 99 años lo único que puedo expresar es la inmensa gratitud por todo lo que nos has dado y darle gracias a Dios por la dicha de tenerte aquí junto a nosotros. Te amo mami”, manifestó Conteras Moreira.

Con el pasar de los años su cabello cambió de color, sus pasos ahora son más lentos, sus ojos han perdido brillo, su mirada aún tierna, pero mantiene una memoria muy lúcida. Ella es Gilma Gracia Barreiro, que hoy, en medio del cariño, amor y ternura de sus cinco hijos vivos, nietos, bisnietos y tataranietos, celebra 99 años de existencia.

Es de origen manabita, nació el 16 de noviembre de 1920, en la parroquia Cojimíes del cantón Pedernales de la provincia de Manabí. Sus padres fueron Celiano Gracia y Jacinta Barreiro. De los ocho hermanos que eran solo sobreviven ella y su hermana Justina.

Tuvo nueve hijos, de los cuales cinco están vivos: Silvia, Bella, Ceila, Wílter Fernando y Leopoldo Altafuya Gracia. Doña Gilma, en su juventud realizó varias actividades: costura, agrícola, panadería, pero el arte de la costura que le apasionaba y la heredó su hija Silva Altafuya, fue al que más le dedicó tiempo y le sacó provecho.

Lugar preferido

Vivió en Cojimíes hasta los 18 años aproximadamente y posteriormente fue a Chone, Portoviejo, Santana y a Junín a ver a sus familiares, pero cuando se casó con Jacobo Altafuya, quien fue su compañero de vida, llegó a vivir a Portete en el cantón Muisne, dejando buenas amistades.

A ellos los recuerda con mucho amor y cariño, asimismo a sus hermanos que siempre la acompañaron y nunca la dejaron sola, lo dijo con nostalgia, pensando en aquellos tiempos que no volverán jamás, insistiendo en que su lugar preferido es Cojimíes.

Expresó haber luchado mucho en esta vida, siendo parte de ella, sus amigas íntimas Panchita y Juana, con quienes compartió en reuniones, matrimonios, mostrándoles su lealtad y fidelidad. Desde hace 50 años está radicada en el sector de Las Palmas, donde vive en compañía de sus hijos y nietos.

Llenó de amor

Sara Contreras Moreira, una de las nietas a quien crió como hija, dijo cuando apenas era una niña de 3 años perdió a su madre y desde ese momento doña Gilma llenó su vida de inmenso amor y cariño, que solo ella podía darle formándola con principios y valores convirtiéndola en una mujer de bien.

“Mi mami siempre con su temple y carácter fuerte sabía calmar situaciones buscando armonía y luego sonreía, ha sido muy humilde y luchadora capaz de hacer muchas cosas con lo poco que conseguía”, expresó la agradecida nieta, añadiendo que ha sido una excelente persona, que siempre ha brindado sus consejos y apoyo a quien lo necesita.

“Mi adorada madre hoy que cumples 99 años lo único que puedo expresar es la inmensa gratitud por todo lo que nos has dado y darle gracias a Dios por la dicha de tenerte aquí junto a nosotros. Te amo mami”, manifestó Conteras Moreira.

Con el pasar de los años su cabello cambió de color, sus pasos ahora son más lentos, sus ojos han perdido brillo, su mirada aún tierna, pero mantiene una memoria muy lúcida. Ella es Gilma Gracia Barreiro, que hoy, en medio del cariño, amor y ternura de sus cinco hijos vivos, nietos, bisnietos y tataranietos, celebra 99 años de existencia.

Es de origen manabita, nació el 16 de noviembre de 1920, en la parroquia Cojimíes del cantón Pedernales de la provincia de Manabí. Sus padres fueron Celiano Gracia y Jacinta Barreiro. De los ocho hermanos que eran solo sobreviven ella y su hermana Justina.

Tuvo nueve hijos, de los cuales cinco están vivos: Silvia, Bella, Ceila, Wílter Fernando y Leopoldo Altafuya Gracia. Doña Gilma, en su juventud realizó varias actividades: costura, agrícola, panadería, pero el arte de la costura que le apasionaba y la heredó su hija Silva Altafuya, fue al que más le dedicó tiempo y le sacó provecho.

Lugar preferido

Vivió en Cojimíes hasta los 18 años aproximadamente y posteriormente fue a Chone, Portoviejo, Santana y a Junín a ver a sus familiares, pero cuando se casó con Jacobo Altafuya, quien fue su compañero de vida, llegó a vivir a Portete en el cantón Muisne, dejando buenas amistades.

A ellos los recuerda con mucho amor y cariño, asimismo a sus hermanos que siempre la acompañaron y nunca la dejaron sola, lo dijo con nostalgia, pensando en aquellos tiempos que no volverán jamás, insistiendo en que su lugar preferido es Cojimíes.

Expresó haber luchado mucho en esta vida, siendo parte de ella, sus amigas íntimas Panchita y Juana, con quienes compartió en reuniones, matrimonios, mostrándoles su lealtad y fidelidad. Desde hace 50 años está radicada en el sector de Las Palmas, donde vive en compañía de sus hijos y nietos.

Llenó de amor

Sara Contreras Moreira, una de las nietas a quien crió como hija, dijo cuando apenas era una niña de 3 años perdió a su madre y desde ese momento doña Gilma llenó su vida de inmenso amor y cariño, que solo ella podía darle formándola con principios y valores convirtiéndola en una mujer de bien.

“Mi mami siempre con su temple y carácter fuerte sabía calmar situaciones buscando armonía y luego sonreía, ha sido muy humilde y luchadora capaz de hacer muchas cosas con lo poco que conseguía”, expresó la agradecida nieta, añadiendo que ha sido una excelente persona, que siempre ha brindado sus consejos y apoyo a quien lo necesita.

“Mi adorada madre hoy que cumples 99 años lo único que puedo expresar es la inmensa gratitud por todo lo que nos has dado y darle gracias a Dios por la dicha de tenerte aquí junto a nosotros. Te amo mami”, manifestó Conteras Moreira.