Las pruebas puestas a prueba

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

Luego de que el presidente Moreno anunciara, a través de un enlace nacional, que se revisarían las pruebas Ser Bachiller, el Ministerio de Educación informó que tendrán un ajuste a partir de enero de 2020. La prueba Ser Bachiller es un examen que se toma a estudiantes de tercero de bachillerato como requisito de graduación y sirve también a modo de tamiz para regular el ingreso a las distintas universidades públicas del país.

Pese que a raíz de su puesta en práctica han surgido muchas quejas por cómo se puntúa y también por el tipo de preguntas que se realizan, hasta ahora no se han revisado los contenidos que mide. Sumado a que sus resultados han dejado sin posibilidad de acceder a la educación universitaria a miles de jóvenes ecuatorianos, muchos de los cuales han tenido, incluso, que elegir otra carrera o en el peor de los casos, no estudiar.

La pregunta que siempre me hago es, ¿cómo estas pruebas se levantan por igual en poblaciones totalmente disímiles entre sí? porque hay que tener claro que por mucho que quieran decir que en el Ecuador se ha erradicado el analfabetismo (cosa que no es cierta) la escolaridad regularizada es otra cosa. Siendo así es perverso pretender medir los conocimientos de chicos que van al colegio descalzos y sin nada en la barriga a recibir clases en establecimientos sin luz, agua o internet y ponerlos a competir con otros de grandes ciudades a quienes esta realidad les es completamente ajena. Esto es por demás discriminatorio.

Muy a pesar de que en ocasiones se han presentado casos de jóvenes de poblaciones pequeñas y lejanas que han logrado alcanzar los más altos puntajes, esta no es una situación recurrente, si fuera de otra manera, entonces no llamara tanto la atención cuando sucede. Y es esto lo que me lleva a pensar que la prueba sí debe tomarse y a partir de los resultados presentar propuestas de mejoras educativas.

[email protected]

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

Luego de que el presidente Moreno anunciara, a través de un enlace nacional, que se revisarían las pruebas Ser Bachiller, el Ministerio de Educación informó que tendrán un ajuste a partir de enero de 2020. La prueba Ser Bachiller es un examen que se toma a estudiantes de tercero de bachillerato como requisito de graduación y sirve también a modo de tamiz para regular el ingreso a las distintas universidades públicas del país.

Pese que a raíz de su puesta en práctica han surgido muchas quejas por cómo se puntúa y también por el tipo de preguntas que se realizan, hasta ahora no se han revisado los contenidos que mide. Sumado a que sus resultados han dejado sin posibilidad de acceder a la educación universitaria a miles de jóvenes ecuatorianos, muchos de los cuales han tenido, incluso, que elegir otra carrera o en el peor de los casos, no estudiar.

La pregunta que siempre me hago es, ¿cómo estas pruebas se levantan por igual en poblaciones totalmente disímiles entre sí? porque hay que tener claro que por mucho que quieran decir que en el Ecuador se ha erradicado el analfabetismo (cosa que no es cierta) la escolaridad regularizada es otra cosa. Siendo así es perverso pretender medir los conocimientos de chicos que van al colegio descalzos y sin nada en la barriga a recibir clases en establecimientos sin luz, agua o internet y ponerlos a competir con otros de grandes ciudades a quienes esta realidad les es completamente ajena. Esto es por demás discriminatorio.

Muy a pesar de que en ocasiones se han presentado casos de jóvenes de poblaciones pequeñas y lejanas que han logrado alcanzar los más altos puntajes, esta no es una situación recurrente, si fuera de otra manera, entonces no llamara tanto la atención cuando sucede. Y es esto lo que me lleva a pensar que la prueba sí debe tomarse y a partir de los resultados presentar propuestas de mejoras educativas.

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MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

Luego de que el presidente Moreno anunciara, a través de un enlace nacional, que se revisarían las pruebas Ser Bachiller, el Ministerio de Educación informó que tendrán un ajuste a partir de enero de 2020. La prueba Ser Bachiller es un examen que se toma a estudiantes de tercero de bachillerato como requisito de graduación y sirve también a modo de tamiz para regular el ingreso a las distintas universidades públicas del país.

Pese que a raíz de su puesta en práctica han surgido muchas quejas por cómo se puntúa y también por el tipo de preguntas que se realizan, hasta ahora no se han revisado los contenidos que mide. Sumado a que sus resultados han dejado sin posibilidad de acceder a la educación universitaria a miles de jóvenes ecuatorianos, muchos de los cuales han tenido, incluso, que elegir otra carrera o en el peor de los casos, no estudiar.

La pregunta que siempre me hago es, ¿cómo estas pruebas se levantan por igual en poblaciones totalmente disímiles entre sí? porque hay que tener claro que por mucho que quieran decir que en el Ecuador se ha erradicado el analfabetismo (cosa que no es cierta) la escolaridad regularizada es otra cosa. Siendo así es perverso pretender medir los conocimientos de chicos que van al colegio descalzos y sin nada en la barriga a recibir clases en establecimientos sin luz, agua o internet y ponerlos a competir con otros de grandes ciudades a quienes esta realidad les es completamente ajena. Esto es por demás discriminatorio.

Muy a pesar de que en ocasiones se han presentado casos de jóvenes de poblaciones pequeñas y lejanas que han logrado alcanzar los más altos puntajes, esta no es una situación recurrente, si fuera de otra manera, entonces no llamara tanto la atención cuando sucede. Y es esto lo que me lleva a pensar que la prueba sí debe tomarse y a partir de los resultados presentar propuestas de mejoras educativas.

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Luego de que el presidente Moreno anunciara, a través de un enlace nacional, que se revisarían las pruebas Ser Bachiller, el Ministerio de Educación informó que tendrán un ajuste a partir de enero de 2020. La prueba Ser Bachiller es un examen que se toma a estudiantes de tercero de bachillerato como requisito de graduación y sirve también a modo de tamiz para regular el ingreso a las distintas universidades públicas del país.

Pese que a raíz de su puesta en práctica han surgido muchas quejas por cómo se puntúa y también por el tipo de preguntas que se realizan, hasta ahora no se han revisado los contenidos que mide. Sumado a que sus resultados han dejado sin posibilidad de acceder a la educación universitaria a miles de jóvenes ecuatorianos, muchos de los cuales han tenido, incluso, que elegir otra carrera o en el peor de los casos, no estudiar.

La pregunta que siempre me hago es, ¿cómo estas pruebas se levantan por igual en poblaciones totalmente disímiles entre sí? porque hay que tener claro que por mucho que quieran decir que en el Ecuador se ha erradicado el analfabetismo (cosa que no es cierta) la escolaridad regularizada es otra cosa. Siendo así es perverso pretender medir los conocimientos de chicos que van al colegio descalzos y sin nada en la barriga a recibir clases en establecimientos sin luz, agua o internet y ponerlos a competir con otros de grandes ciudades a quienes esta realidad les es completamente ajena. Esto es por demás discriminatorio.

Muy a pesar de que en ocasiones se han presentado casos de jóvenes de poblaciones pequeñas y lejanas que han logrado alcanzar los más altos puntajes, esta no es una situación recurrente, si fuera de otra manera, entonces no llamara tanto la atención cuando sucede. Y es esto lo que me lleva a pensar que la prueba sí debe tomarse y a partir de los resultados presentar propuestas de mejoras educativas.

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