Llegan a nueve los muertos en Bolivia

TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.
TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.
TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.
TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.
TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.
TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.
TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.
TRISTEZA. Familiares de los fallecidos, llevan los ataúdes cubiertos con la bandera de Bolivia y la whipala.

Redacción AGENCIAS

La muerte en fuertes disturbios de al menos nueve personas agrava aún más la profunda situación que sufre Bolivia, mientras los políticos intentan avanzar hacia unas nuevas elecciones, como solución a la crisis en el país desde la renuncia de Evo Morales.

Los féretros de algunos de los fallecidos comenzaron a llegar ayer a Cochabamba, capital de la región homónima, la más castigada por la violencia desatada tras los fallidos comicios del 20 de octubre que desembocaron en la salida de Morales del país.

Los ataúdes de cinco de los fallecidos en los trágicos disturbios del viernes fueron recibidos con gritos clamando justicia frente al Instituto de Investigaciones Forenses en Cochabamba, en el centro del país.

Familiares y amigos insistieron en las denuncias sobre una dura intervención de policías y militares el día antes, cuando una marcha de cocaleros afines a su líder Evo Morales intentaba entrar en Cochabamba.

«Acaso somos perros», se preguntaban, para denunciar ante las cámaras que «no pueden matar de esta manera».

Llamado a la paz
Autoridades bolivianas de distinto signo llamaron a la pacificación del país, tras la muerte de cinco campesinos leales al exmandatario Evo Morales en enfrentamientos con la policía, pero el clima de tensión obligó a la suspensión de una concentración «por la paz» por razones seguridad.

EL DATO
Según el Gobierno interino, no está claro que los disparos mortales fueran de policías y militares. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó que las muertes parecen resultado del «uso innecesario o desproporcionado» de la fuerza policial o militar y advirtió que ello puede llevar a la situación en Bolivia a «salirse de control».

«Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones», reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Morales, que llamó a sesiones para el martes.

Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia del nuevo Gobierno de la mandataria interina, Jeanine Áñez, había manifestado antes que las gestiones para acabar con la violencia deben involucrar «al país completo» y exhortó a que los bolivianos: «depongamos esa actitud (de confrontación) y que, por el contrario, busquemos cosas que nos unen».

Suspensión

Sin embargo, una «concentración por la paz», convocada por asociaciones vecinales de La Paz para pedir por el cese de la violencia tras casi cuatro semanas de protestas, enfrentamientos y saqueos, fue suspendida a último momento por los organizaciones «por razones de seguridad», según dijeron a la AFP.

A unas cuadras de esa fallida concentración, unos mil campesinos marchaban en contra del nuevo Gobierno provisional y a favor de Morales.

Morales, asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, después de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre.

Redacción AGENCIAS

La muerte en fuertes disturbios de al menos nueve personas agrava aún más la profunda situación que sufre Bolivia, mientras los políticos intentan avanzar hacia unas nuevas elecciones, como solución a la crisis en el país desde la renuncia de Evo Morales.

Los féretros de algunos de los fallecidos comenzaron a llegar ayer a Cochabamba, capital de la región homónima, la más castigada por la violencia desatada tras los fallidos comicios del 20 de octubre que desembocaron en la salida de Morales del país.

Los ataúdes de cinco de los fallecidos en los trágicos disturbios del viernes fueron recibidos con gritos clamando justicia frente al Instituto de Investigaciones Forenses en Cochabamba, en el centro del país.

Familiares y amigos insistieron en las denuncias sobre una dura intervención de policías y militares el día antes, cuando una marcha de cocaleros afines a su líder Evo Morales intentaba entrar en Cochabamba.

«Acaso somos perros», se preguntaban, para denunciar ante las cámaras que «no pueden matar de esta manera».

Llamado a la paz
Autoridades bolivianas de distinto signo llamaron a la pacificación del país, tras la muerte de cinco campesinos leales al exmandatario Evo Morales en enfrentamientos con la policía, pero el clima de tensión obligó a la suspensión de una concentración «por la paz» por razones seguridad.

EL DATO
Según el Gobierno interino, no está claro que los disparos mortales fueran de policías y militares. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó que las muertes parecen resultado del «uso innecesario o desproporcionado» de la fuerza policial o militar y advirtió que ello puede llevar a la situación en Bolivia a «salirse de control».

«Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones», reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Morales, que llamó a sesiones para el martes.

Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia del nuevo Gobierno de la mandataria interina, Jeanine Áñez, había manifestado antes que las gestiones para acabar con la violencia deben involucrar «al país completo» y exhortó a que los bolivianos: «depongamos esa actitud (de confrontación) y que, por el contrario, busquemos cosas que nos unen».

Suspensión

Sin embargo, una «concentración por la paz», convocada por asociaciones vecinales de La Paz para pedir por el cese de la violencia tras casi cuatro semanas de protestas, enfrentamientos y saqueos, fue suspendida a último momento por los organizaciones «por razones de seguridad», según dijeron a la AFP.

A unas cuadras de esa fallida concentración, unos mil campesinos marchaban en contra del nuevo Gobierno provisional y a favor de Morales.

Morales, asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, después de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre.

Redacción AGENCIAS

La muerte en fuertes disturbios de al menos nueve personas agrava aún más la profunda situación que sufre Bolivia, mientras los políticos intentan avanzar hacia unas nuevas elecciones, como solución a la crisis en el país desde la renuncia de Evo Morales.

Los féretros de algunos de los fallecidos comenzaron a llegar ayer a Cochabamba, capital de la región homónima, la más castigada por la violencia desatada tras los fallidos comicios del 20 de octubre que desembocaron en la salida de Morales del país.

Los ataúdes de cinco de los fallecidos en los trágicos disturbios del viernes fueron recibidos con gritos clamando justicia frente al Instituto de Investigaciones Forenses en Cochabamba, en el centro del país.

Familiares y amigos insistieron en las denuncias sobre una dura intervención de policías y militares el día antes, cuando una marcha de cocaleros afines a su líder Evo Morales intentaba entrar en Cochabamba.

«Acaso somos perros», se preguntaban, para denunciar ante las cámaras que «no pueden matar de esta manera».

Llamado a la paz
Autoridades bolivianas de distinto signo llamaron a la pacificación del país, tras la muerte de cinco campesinos leales al exmandatario Evo Morales en enfrentamientos con la policía, pero el clima de tensión obligó a la suspensión de una concentración «por la paz» por razones seguridad.

EL DATO
Según el Gobierno interino, no está claro que los disparos mortales fueran de policías y militares. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó que las muertes parecen resultado del «uso innecesario o desproporcionado» de la fuerza policial o militar y advirtió que ello puede llevar a la situación en Bolivia a «salirse de control».

«Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones», reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Morales, que llamó a sesiones para el martes.

Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia del nuevo Gobierno de la mandataria interina, Jeanine Áñez, había manifestado antes que las gestiones para acabar con la violencia deben involucrar «al país completo» y exhortó a que los bolivianos: «depongamos esa actitud (de confrontación) y que, por el contrario, busquemos cosas que nos unen».

Suspensión

Sin embargo, una «concentración por la paz», convocada por asociaciones vecinales de La Paz para pedir por el cese de la violencia tras casi cuatro semanas de protestas, enfrentamientos y saqueos, fue suspendida a último momento por los organizaciones «por razones de seguridad», según dijeron a la AFP.

A unas cuadras de esa fallida concentración, unos mil campesinos marchaban en contra del nuevo Gobierno provisional y a favor de Morales.

Morales, asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, después de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre.

Redacción AGENCIAS

La muerte en fuertes disturbios de al menos nueve personas agrava aún más la profunda situación que sufre Bolivia, mientras los políticos intentan avanzar hacia unas nuevas elecciones, como solución a la crisis en el país desde la renuncia de Evo Morales.

Los féretros de algunos de los fallecidos comenzaron a llegar ayer a Cochabamba, capital de la región homónima, la más castigada por la violencia desatada tras los fallidos comicios del 20 de octubre que desembocaron en la salida de Morales del país.

Los ataúdes de cinco de los fallecidos en los trágicos disturbios del viernes fueron recibidos con gritos clamando justicia frente al Instituto de Investigaciones Forenses en Cochabamba, en el centro del país.

Familiares y amigos insistieron en las denuncias sobre una dura intervención de policías y militares el día antes, cuando una marcha de cocaleros afines a su líder Evo Morales intentaba entrar en Cochabamba.

«Acaso somos perros», se preguntaban, para denunciar ante las cámaras que «no pueden matar de esta manera».

Llamado a la paz
Autoridades bolivianas de distinto signo llamaron a la pacificación del país, tras la muerte de cinco campesinos leales al exmandatario Evo Morales en enfrentamientos con la policía, pero el clima de tensión obligó a la suspensión de una concentración «por la paz» por razones seguridad.

EL DATO
Según el Gobierno interino, no está claro que los disparos mortales fueran de policías y militares. La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lamentó que las muertes parecen resultado del «uso innecesario o desproporcionado» de la fuerza policial o militar y advirtió que ello puede llevar a la situación en Bolivia a «salirse de control».

«Estamos pasando momentos difíciles, pedimos a los movimientos sociales y otras organizaciones que depongan posiciones», reclamó la presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, del partido de Morales, que llamó a sesiones para el martes.

Jerjes Justiniano, ministro de la Presidencia del nuevo Gobierno de la mandataria interina, Jeanine Áñez, había manifestado antes que las gestiones para acabar con la violencia deben involucrar «al país completo» y exhortó a que los bolivianos: «depongamos esa actitud (de confrontación) y que, por el contrario, busquemos cosas que nos unen».

Suspensión

Sin embargo, una «concentración por la paz», convocada por asociaciones vecinales de La Paz para pedir por el cese de la violencia tras casi cuatro semanas de protestas, enfrentamientos y saqueos, fue suspendida a último momento por los organizaciones «por razones de seguridad», según dijeron a la AFP.

A unas cuadras de esa fallida concentración, unos mil campesinos marchaban en contra del nuevo Gobierno provisional y a favor de Morales.

Morales, asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, después de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre.