Actos ‘mandálicos’

Fabián Cueva Jiménez

En medio de los perturbadores y aciagos días de octubre, un proyecto educativo de sugestivo nombre: “Anidar”, fue expuesto en el Centro de Arte Contemporáneo y dejó precisos mensajes a 4.000 visitantes sobre la necesidad de cambios en favor de los niños y jóvenes.

Un subproyecto de título “Actos mandálicos”, utilizó una antigua filosofía de vida y expuso un diseño denominado mandala, representación artística de dibujos concéntricos, pintados por niños en formas, espacios y colores, que transmiten una idea simbólica de unidad, armonía y equilibrio, tal cual como lo hicieron sus patrocinadores: Unicef, Arteducarte, Ministerio de Educación.

Este modelo de racional fusión, reactivó temas sobre los derechos de los niños, con metodologías para el desarrollo de valores: amistad, solidaridad, empatía, inclusión y resolución de conflictos; con materiales elaborados técnicamente en 300 talleres para 170 docentes, 700 alumnos de tres escuelas fiscales de Quito.

Unicef, guardián del cumplimiento de los derechos de los niños en 190 países, fue un sostén importante, “la infancia está cambiando y nosotros también tenemos que hacerlo” dicen, por eso agregan, exhortamos a los gobiernos para mejores presupuestos.

Arteducarte, ente privado sin fines de lucro, 19 años con proyectos educativos para estimular la creatividad y expresión de niñas y niños desfavorecidos socialmente, fue aporte sustancial.

El Mineduc, con el serio compromiso de capacitar a maestros en servicio a través de sus plataformas en procesos y creaciones gráficas. Oportunidad impostergable.

Lo cierto es que Ecuador requiere de muchos “Anidar”, metafóricamente el nido es el hogar y la escuela el espacio de protección, en la práctica un gran proyecto.

Unicef busca siempre apoyo, recibe donaciones más individuales que corporativas, de personas de toda edad y condición social, pero faltan. Apoyemos con 33 centavos diarios, esos recursos si van en beneficio de educación, salud y nutrición de niños y adolescentes ecuatorianos.

[email protected]

Fabián Cueva Jiménez

En medio de los perturbadores y aciagos días de octubre, un proyecto educativo de sugestivo nombre: “Anidar”, fue expuesto en el Centro de Arte Contemporáneo y dejó precisos mensajes a 4.000 visitantes sobre la necesidad de cambios en favor de los niños y jóvenes.

Un subproyecto de título “Actos mandálicos”, utilizó una antigua filosofía de vida y expuso un diseño denominado mandala, representación artística de dibujos concéntricos, pintados por niños en formas, espacios y colores, que transmiten una idea simbólica de unidad, armonía y equilibrio, tal cual como lo hicieron sus patrocinadores: Unicef, Arteducarte, Ministerio de Educación.

Este modelo de racional fusión, reactivó temas sobre los derechos de los niños, con metodologías para el desarrollo de valores: amistad, solidaridad, empatía, inclusión y resolución de conflictos; con materiales elaborados técnicamente en 300 talleres para 170 docentes, 700 alumnos de tres escuelas fiscales de Quito.

Unicef, guardián del cumplimiento de los derechos de los niños en 190 países, fue un sostén importante, “la infancia está cambiando y nosotros también tenemos que hacerlo” dicen, por eso agregan, exhortamos a los gobiernos para mejores presupuestos.

Arteducarte, ente privado sin fines de lucro, 19 años con proyectos educativos para estimular la creatividad y expresión de niñas y niños desfavorecidos socialmente, fue aporte sustancial.

El Mineduc, con el serio compromiso de capacitar a maestros en servicio a través de sus plataformas en procesos y creaciones gráficas. Oportunidad impostergable.

Lo cierto es que Ecuador requiere de muchos “Anidar”, metafóricamente el nido es el hogar y la escuela el espacio de protección, en la práctica un gran proyecto.

Unicef busca siempre apoyo, recibe donaciones más individuales que corporativas, de personas de toda edad y condición social, pero faltan. Apoyemos con 33 centavos diarios, esos recursos si van en beneficio de educación, salud y nutrición de niños y adolescentes ecuatorianos.

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Fabián Cueva Jiménez

En medio de los perturbadores y aciagos días de octubre, un proyecto educativo de sugestivo nombre: “Anidar”, fue expuesto en el Centro de Arte Contemporáneo y dejó precisos mensajes a 4.000 visitantes sobre la necesidad de cambios en favor de los niños y jóvenes.

Un subproyecto de título “Actos mandálicos”, utilizó una antigua filosofía de vida y expuso un diseño denominado mandala, representación artística de dibujos concéntricos, pintados por niños en formas, espacios y colores, que transmiten una idea simbólica de unidad, armonía y equilibrio, tal cual como lo hicieron sus patrocinadores: Unicef, Arteducarte, Ministerio de Educación.

Este modelo de racional fusión, reactivó temas sobre los derechos de los niños, con metodologías para el desarrollo de valores: amistad, solidaridad, empatía, inclusión y resolución de conflictos; con materiales elaborados técnicamente en 300 talleres para 170 docentes, 700 alumnos de tres escuelas fiscales de Quito.

Unicef, guardián del cumplimiento de los derechos de los niños en 190 países, fue un sostén importante, “la infancia está cambiando y nosotros también tenemos que hacerlo” dicen, por eso agregan, exhortamos a los gobiernos para mejores presupuestos.

Arteducarte, ente privado sin fines de lucro, 19 años con proyectos educativos para estimular la creatividad y expresión de niñas y niños desfavorecidos socialmente, fue aporte sustancial.

El Mineduc, con el serio compromiso de capacitar a maestros en servicio a través de sus plataformas en procesos y creaciones gráficas. Oportunidad impostergable.

Lo cierto es que Ecuador requiere de muchos “Anidar”, metafóricamente el nido es el hogar y la escuela el espacio de protección, en la práctica un gran proyecto.

Unicef busca siempre apoyo, recibe donaciones más individuales que corporativas, de personas de toda edad y condición social, pero faltan. Apoyemos con 33 centavos diarios, esos recursos si van en beneficio de educación, salud y nutrición de niños y adolescentes ecuatorianos.

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Fabián Cueva Jiménez

En medio de los perturbadores y aciagos días de octubre, un proyecto educativo de sugestivo nombre: “Anidar”, fue expuesto en el Centro de Arte Contemporáneo y dejó precisos mensajes a 4.000 visitantes sobre la necesidad de cambios en favor de los niños y jóvenes.

Un subproyecto de título “Actos mandálicos”, utilizó una antigua filosofía de vida y expuso un diseño denominado mandala, representación artística de dibujos concéntricos, pintados por niños en formas, espacios y colores, que transmiten una idea simbólica de unidad, armonía y equilibrio, tal cual como lo hicieron sus patrocinadores: Unicef, Arteducarte, Ministerio de Educación.

Este modelo de racional fusión, reactivó temas sobre los derechos de los niños, con metodologías para el desarrollo de valores: amistad, solidaridad, empatía, inclusión y resolución de conflictos; con materiales elaborados técnicamente en 300 talleres para 170 docentes, 700 alumnos de tres escuelas fiscales de Quito.

Unicef, guardián del cumplimiento de los derechos de los niños en 190 países, fue un sostén importante, “la infancia está cambiando y nosotros también tenemos que hacerlo” dicen, por eso agregan, exhortamos a los gobiernos para mejores presupuestos.

Arteducarte, ente privado sin fines de lucro, 19 años con proyectos educativos para estimular la creatividad y expresión de niñas y niños desfavorecidos socialmente, fue aporte sustancial.

El Mineduc, con el serio compromiso de capacitar a maestros en servicio a través de sus plataformas en procesos y creaciones gráficas. Oportunidad impostergable.

Lo cierto es que Ecuador requiere de muchos “Anidar”, metafóricamente el nido es el hogar y la escuela el espacio de protección, en la práctica un gran proyecto.

Unicef busca siempre apoyo, recibe donaciones más individuales que corporativas, de personas de toda edad y condición social, pero faltan. Apoyemos con 33 centavos diarios, esos recursos si van en beneficio de educación, salud y nutrición de niños y adolescentes ecuatorianos.

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