Joseph, en el ring junto a su hijo Gerald

Esquina. La boxeadora pelea en los pesos mini mosca y mosca.
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Esquina. La boxeadora pelea en los pesos mini mosca y mosca.

Cuando se pone a entrenar en el gimnasio se olvida de todo, hasta de su pequeño hijo, Gerard, quien siempre le acompaña. El menor de dos años juega con todo lo que sus manos topan: mancuernas, guantes, mascotas… Jhosep Vizcaíno (23 años) se concentra por completo durante casi tres horas en el ensayo diario. Todo con el propósito de “llegar al top del boxeo mundial”, que en otras palabras significa alcanzar un título mundial.

‘La chica de oro’ se venda las manos y de inmediato comienza a golpear a rivales invisibles frente al espejo. Con una cuerda salta varios minutos, a manera de calentamiento. Se calza los guantes y empieza la rutina diaria contra enormes sacos que cuelgan de travesaños metálicos. A veces entra al ring para hacer sparring con boxeadores hombres de los pesos: mini mosca o mosca (47-50 kg).

Después de un par de horas, su rostro, matizado por facciones femeninas muy alejadas al de una boxeadora, se ve empapado de sudor y toma una toalla. Bebe agua de un ‘tomatodo’. “Eventualmente, Gerard me interrumpe”, dice con palabras entrecortadas por el agotamiento. “Pero él ya está acostumbrado a esto”, agrega.

Campeona nacional
Jhosep Vicaíno se prepara en el gimnasio Hiit, en la avenida Granados, con la asesoría del venezolano Ricardo Polanco. Por ahora se enfoca en defender su título nacional, esta noche, ante la también capitalina, María Vega, en el coliseo del ex Colegio Anderson.

Ha realizado giras por Perú y Estados Unidos (en dos ocasiones). Uno de sus combates fue ante la argentina Yésica Bopp, actual campeona de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB).

EL DATO
En 2012 se proclamó campeona nacional amateur en Patate (Tungurahua).En su agenda diaria solo está el boxeo. En la mañana, después de encargar a Gerard en una guardería del barrio La Bota (norte de Quito), donde ella vive con su familia, realiza una hora de acondicionamiento físico. “Estoy plenamente enamorada del boxeo”, insiste la deportista.

Su carrera amateur la empezó a los 16 años, pero a los pocos meses fue invitada a formar parte de carteleras profesionales en el país y en el exterior. Hasta el momento tiene 18 combates en su haber. Nunca ha parado de entrenar. Solo cuando engendró a su hijo descansó varios meses, pero a los dos del parto volvió al ring.

Cuando se le pregunta si le gustaría que Gerard sea boxeador, Jhosep piensa un instante, se ríe y responde con un tajante “no”. “Aquí se recibe muchos golpes; es un deporte duro, pero si a él le gusta, no sé realmente”. (SE)

Cuando se pone a entrenar en el gimnasio se olvida de todo, hasta de su pequeño hijo, Gerard, quien siempre le acompaña. El menor de dos años juega con todo lo que sus manos topan: mancuernas, guantes, mascotas… Jhosep Vizcaíno (23 años) se concentra por completo durante casi tres horas en el ensayo diario. Todo con el propósito de “llegar al top del boxeo mundial”, que en otras palabras significa alcanzar un título mundial.

‘La chica de oro’ se venda las manos y de inmediato comienza a golpear a rivales invisibles frente al espejo. Con una cuerda salta varios minutos, a manera de calentamiento. Se calza los guantes y empieza la rutina diaria contra enormes sacos que cuelgan de travesaños metálicos. A veces entra al ring para hacer sparring con boxeadores hombres de los pesos: mini mosca o mosca (47-50 kg).

Después de un par de horas, su rostro, matizado por facciones femeninas muy alejadas al de una boxeadora, se ve empapado de sudor y toma una toalla. Bebe agua de un ‘tomatodo’. “Eventualmente, Gerard me interrumpe”, dice con palabras entrecortadas por el agotamiento. “Pero él ya está acostumbrado a esto”, agrega.

Campeona nacional
Jhosep Vicaíno se prepara en el gimnasio Hiit, en la avenida Granados, con la asesoría del venezolano Ricardo Polanco. Por ahora se enfoca en defender su título nacional, esta noche, ante la también capitalina, María Vega, en el coliseo del ex Colegio Anderson.

Ha realizado giras por Perú y Estados Unidos (en dos ocasiones). Uno de sus combates fue ante la argentina Yésica Bopp, actual campeona de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB).

EL DATO
En 2012 se proclamó campeona nacional amateur en Patate (Tungurahua).En su agenda diaria solo está el boxeo. En la mañana, después de encargar a Gerard en una guardería del barrio La Bota (norte de Quito), donde ella vive con su familia, realiza una hora de acondicionamiento físico. “Estoy plenamente enamorada del boxeo”, insiste la deportista.

Su carrera amateur la empezó a los 16 años, pero a los pocos meses fue invitada a formar parte de carteleras profesionales en el país y en el exterior. Hasta el momento tiene 18 combates en su haber. Nunca ha parado de entrenar. Solo cuando engendró a su hijo descansó varios meses, pero a los dos del parto volvió al ring.

Cuando se le pregunta si le gustaría que Gerard sea boxeador, Jhosep piensa un instante, se ríe y responde con un tajante “no”. “Aquí se recibe muchos golpes; es un deporte duro, pero si a él le gusta, no sé realmente”. (SE)

Cuando se pone a entrenar en el gimnasio se olvida de todo, hasta de su pequeño hijo, Gerard, quien siempre le acompaña. El menor de dos años juega con todo lo que sus manos topan: mancuernas, guantes, mascotas… Jhosep Vizcaíno (23 años) se concentra por completo durante casi tres horas en el ensayo diario. Todo con el propósito de “llegar al top del boxeo mundial”, que en otras palabras significa alcanzar un título mundial.

‘La chica de oro’ se venda las manos y de inmediato comienza a golpear a rivales invisibles frente al espejo. Con una cuerda salta varios minutos, a manera de calentamiento. Se calza los guantes y empieza la rutina diaria contra enormes sacos que cuelgan de travesaños metálicos. A veces entra al ring para hacer sparring con boxeadores hombres de los pesos: mini mosca o mosca (47-50 kg).

Después de un par de horas, su rostro, matizado por facciones femeninas muy alejadas al de una boxeadora, se ve empapado de sudor y toma una toalla. Bebe agua de un ‘tomatodo’. “Eventualmente, Gerard me interrumpe”, dice con palabras entrecortadas por el agotamiento. “Pero él ya está acostumbrado a esto”, agrega.

Campeona nacional
Jhosep Vicaíno se prepara en el gimnasio Hiit, en la avenida Granados, con la asesoría del venezolano Ricardo Polanco. Por ahora se enfoca en defender su título nacional, esta noche, ante la también capitalina, María Vega, en el coliseo del ex Colegio Anderson.

Ha realizado giras por Perú y Estados Unidos (en dos ocasiones). Uno de sus combates fue ante la argentina Yésica Bopp, actual campeona de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB).

EL DATO
En 2012 se proclamó campeona nacional amateur en Patate (Tungurahua).En su agenda diaria solo está el boxeo. En la mañana, después de encargar a Gerard en una guardería del barrio La Bota (norte de Quito), donde ella vive con su familia, realiza una hora de acondicionamiento físico. “Estoy plenamente enamorada del boxeo”, insiste la deportista.

Su carrera amateur la empezó a los 16 años, pero a los pocos meses fue invitada a formar parte de carteleras profesionales en el país y en el exterior. Hasta el momento tiene 18 combates en su haber. Nunca ha parado de entrenar. Solo cuando engendró a su hijo descansó varios meses, pero a los dos del parto volvió al ring.

Cuando se le pregunta si le gustaría que Gerard sea boxeador, Jhosep piensa un instante, se ríe y responde con un tajante “no”. “Aquí se recibe muchos golpes; es un deporte duro, pero si a él le gusta, no sé realmente”. (SE)

Cuando se pone a entrenar en el gimnasio se olvida de todo, hasta de su pequeño hijo, Gerard, quien siempre le acompaña. El menor de dos años juega con todo lo que sus manos topan: mancuernas, guantes, mascotas… Jhosep Vizcaíno (23 años) se concentra por completo durante casi tres horas en el ensayo diario. Todo con el propósito de “llegar al top del boxeo mundial”, que en otras palabras significa alcanzar un título mundial.

‘La chica de oro’ se venda las manos y de inmediato comienza a golpear a rivales invisibles frente al espejo. Con una cuerda salta varios minutos, a manera de calentamiento. Se calza los guantes y empieza la rutina diaria contra enormes sacos que cuelgan de travesaños metálicos. A veces entra al ring para hacer sparring con boxeadores hombres de los pesos: mini mosca o mosca (47-50 kg).

Después de un par de horas, su rostro, matizado por facciones femeninas muy alejadas al de una boxeadora, se ve empapado de sudor y toma una toalla. Bebe agua de un ‘tomatodo’. “Eventualmente, Gerard me interrumpe”, dice con palabras entrecortadas por el agotamiento. “Pero él ya está acostumbrado a esto”, agrega.

Campeona nacional
Jhosep Vicaíno se prepara en el gimnasio Hiit, en la avenida Granados, con la asesoría del venezolano Ricardo Polanco. Por ahora se enfoca en defender su título nacional, esta noche, ante la también capitalina, María Vega, en el coliseo del ex Colegio Anderson.

Ha realizado giras por Perú y Estados Unidos (en dos ocasiones). Uno de sus combates fue ante la argentina Yésica Bopp, actual campeona de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB).

EL DATO
En 2012 se proclamó campeona nacional amateur en Patate (Tungurahua).En su agenda diaria solo está el boxeo. En la mañana, después de encargar a Gerard en una guardería del barrio La Bota (norte de Quito), donde ella vive con su familia, realiza una hora de acondicionamiento físico. “Estoy plenamente enamorada del boxeo”, insiste la deportista.

Su carrera amateur la empezó a los 16 años, pero a los pocos meses fue invitada a formar parte de carteleras profesionales en el país y en el exterior. Hasta el momento tiene 18 combates en su haber. Nunca ha parado de entrenar. Solo cuando engendró a su hijo descansó varios meses, pero a los dos del parto volvió al ring.

Cuando se le pregunta si le gustaría que Gerard sea boxeador, Jhosep piensa un instante, se ríe y responde con un tajante “no”. “Aquí se recibe muchos golpes; es un deporte duro, pero si a él le gusta, no sé realmente”. (SE)