La Ley de la Palma

Dejé en suspenso el tema de la palma aceitera, no solamente porque soy uno de los afectados por la letal enfermedad de la pudrición del cogollo (PC), situación ante la cual, ni el gobierno, ni la banca pública han venido en auxilio de los miles de productores afectados, como era su obligación, sino que es un cultivo oligopólico, y luchar contra eso, es como tirarle piedras a la luna.

No obstante, Ancupa y otras asociaciones, después de mucho bregar ante la Asamblea Nacional, han logrado se apruebe en segundo debate la Ley de la Palma. Hecho inédito en la historia del cultivo. Solo el banano y ahora la palma, tienen una ley que regule el cultivo.

Debo decir, que me extrañó sobremanera la pasividad de la industria, único actor que siempre ha ganado en la cadena, en el trámite de la ley. Me pareció un silencio sospechoso. Es vox pópuli, que mientras los precios que pagan al productor son de miseria, los productos en percha jamás bajan su valor. Y poner equidad entre los actores de la cadena, restaba mucha utilidad a los que nunca pierden.

Sin embargo, su reglamento aún no se elabora. Y como dice el dicho, “hecha la ley, hecha la trampa”, por lo que habrá que observar, de qué manera se implementará la tan esperada ley. Pues, a pesar que el sector bananero también goza de una, en la práctica, muchos pequeños productores todavía padecen de las “vivezas” de los exportadores.

En la ley aprobada, resulta importante que el Iniap retome la rectoría de la calificación del material genético, más aun, cuando la letal enfermedad de la PC afecta también a las variedades hibridas. De igual manera, abre expectativa la conformación de la mesa de comercialización y de la calificación de los gremios, donde reside el meollo del asunto. En todo caso, tratase del aceite más económico por hectárea producido del mundo. Del que utiliza mucho menos hectareaje para producir una tonelada que cualquier otra oleaginosa. Y de la actividad que dependen cientos de miles de compatriotas, hoy sumidos en la más grande depresión socioeconómica. Felicito al Legislativo, y estaremos atentos a su aplicación.

Eduardo Chiriboga Aponte
[email protected]