Una mirada a los balnearios

SOLITARIO. El ingreso con vehículos al malecón de ‘Las Palmas’ se mantiene cerrado. Poca gente  transita por el lugar.
SOLITARIO. El ingreso con vehículos al malecón de ‘Las Palmas’ se mantiene cerrado. Poca gente transita por el lugar.
NECESIDAD. Gary Nazareno sobrepasó el distanciamiento establecido y ayer fue su primer día de trabajo desde que inició la pandemia.
NECESIDAD. Gary Nazareno sobrepasó el distanciamiento establecido y ayer fue su primer día de trabajo desde que inició la pandemia.
ABANDONO. Este extremo de la playa donde se ubican restaurantes y bailaderos está solitario.
ABANDONO. Este extremo de la playa donde se ubican restaurantes y bailaderos está solitario.
Visita. Río de Tabiazo ya empezó a recibir bañistas aunque en poca cantidad.
Visita. Río de Tabiazo ya empezó a recibir bañistas aunque en poca cantidad.
DESCUIDO. La maleza está presente en los accesos al afluente de Vuelta Larga.
DESCUIDO. La maleza está presente en los accesos al afluente de Vuelta Larga.

Una maquinaria aplanaba la arena en Las Palmas, los balnearios de agua dulce, todavía están desatendidos.

La esperanza para muchos esmeraldeños está llegando de manera paulatina. Están las personas que se dedican al comercio y quienes hacen el gasto. Esto se evidencia en el balneario ‘Las Palmas’ de la ciudad de Esmeraldas y los de agua dulce como Tabiazo y Vuelta Larga, cada uno muestra un ambiente diferente.

Ayer en la playa de ‘Las Palmas’, que está a escasos minutos de la ciudad, y que desde el próximo 22 de julio estará habilitada para recibir turistas, estaba siendo mejorada. Pero antes de esa fecha hay quienes desean probar suerte como Jorge Lemos, quien desde las 09:00 salió con su triciclo a vender agua de pipa.

Se ubicó en el extremo de la playa de la ruta a Balao. Hasta el mediodía, calificó como bueno el negocio. “Han venido pocas personas, más de grupos de familia y se observa que aún guardan el distanciamiento social”, dijo.

Alternativa

Por ese mismo lado, también estaba Gary Nazareno, un hombre de tez negra, alto y delgado. Tiene cuatro años trabajando en ‘Las Palmas’ alquilando parasoles. Las autoridades del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal le han indicado que no puede trabajar todavía. “Pero si no me mata el Covid-19 lo hará el hambre, tengo hijos que mantener”, manifestó

Usando el cubrebocas recibía a las pocas personas que llegaban. Hasta el mediodía de ayer había colocado siete parasoles y como está consciente del contagio del virus estableció su propio distanciamiento de cinco metros. Cada familia estaba muy distante de la otra.

Algunas familias usando sus mascarillas llegaban a ‘Las Palmas’. Coinciden en que ya es momento para recibir aire fresco.Mientras este lado de la playa lucía con poca gente y algo limpio, el otro extremo donde funcionaban restaurantes y bailaderos, era diferente. La suciedad de la playa y ningún negocio abierto. Solo un señor que limpiada su local, pero dijo que no se atreve a vender comida ni para llevar por temor a ser sancionado.

Agua dulce

Los puestos de comida y venderos ambulantes que antes recorrían el balneario de Tabiazo han desaparecido. Ayer por la tarde las aguas del río refrescaban a pequeños grupos de gente. Otros lavaban la ropa.

En el centro poblado estaba Luis Estupiñán Ávila. Dijo que sus 87 años ya no le teme a la muerte, pero tampoco la desafía y por eso guarda los protocolos de bioseguridad. Refirió que el fin de semana anterior llegó mucha gente a disfrutar del río.

En el balneario de Vuelta Larga, había otra escena, el lugar muestra el abandono durante el periodo de confinamiento. La maleza casi cubre los accesos al río. (MBC)