Ser asambleísta, un buen negocio

Se aproximan las elecciones para asambleístas, empieza un hervidero de ambiciones, ocultas tras el trillado y desacreditado discurso de honestidad, de ser la voz de los sin voz, o como decían los “levantamanos” en la década robada ”nada para nosotros todo por la patria” sólo fue un ruin engaño. Producto de aquellos que más que políticos eran rufianes, es la corruptela destapada en relación a la construcción del hospital de Pedernales, “el negocio es ser asambleísta… ese man ha comido hasta ahora, entre los tres hospitales, como $ 2 millones“. dice uno de los mensajes de J. Santos alias Chofer, hombre cercano al exasambleísta Daniel Mendoza, refiriéndose a los hospitales de Pedernales, Bahía y Manta.

Este mensaje habla de $2 millones que Mendoza habría recibido como ‘coimas’ por los contratos relacionados con estos tres hospitales. Descubierta la red delincuencial comandada por Mendoza, cuyos audios hoy se investigan, se citan siete asambleístas, incluido el presidente, mencionado como César, de estos E. Azuero tiene orden de prisión.

Muy similares los procesos de los hospitales de Manta y Pedernales, igual que en el segundo caso, en Manta se entregó el 50% del costo como anticipo, esa obra bordeó los $27 millones, mayor al rubro del hospital de Pedernales. En junio de 2019 se adjudicó el hospital de Manta, la entonces ministra de Salud, Verónica Espinosa lo visitó y anunció su repotenciación, pero con ese monto hasta sobraba para hacer un hospital totalmente nuevo. Sorprende saber que esa misma empresa tiene 10 contratos más con el Estado, siendo la Asamblea desde donde se manejaba esta corruptela; es conocido que entre asambleístas estaban repartidos los hospitales públicos. En tiempos del correato, o “llévese lo que pueda”, como dice el pueblo, “muchos alzamanos se forraron” y hoy disfrutan de sus cochinas fortunas, pretendiendo venir por más, con un cínico discurso patriotero que nadie les cree.

Razones suficientes para que el electorado vea con recelo y desconfianza a aquellos que hoy rasgan sus vestiduras jurando que quieren ser asambleístas “para defender los sagrados intereses del pueblo” mejor harían en públicamente comprometerse a impulsar la Ley de extinción de dominio, facilitando recuperar lo robado, además cobrar en dietas y donar al Estado el 50 % de su mensual, disminuir su número de asesores, restringir gastos en viáticos y más prebendas, etc. Que desde ahora den reales muestras de austeridad y respeto por un pueblo empobrecido y cansado de que los mismos que ha elegido luego le roben.

Shakespeare Abarca Córdova

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