Soberanía y respeto

La riqueza natural de las Islas Galápagos, siempre son ambicionadas y pretendidas por las potencias imperiales del planeta; así lo hizo EE.UU. durante el gobierno de Velasco Ibarra, presionando para negociarlas, sin embargo, nunca pudieron convencerlo, ni con ofrecimientos más sutiles. La ubicación estratégica, para temas bélicos, turísticos y comerciales, sumado a la calidad y tamaño de sus productos cuyo fundamento es la tierra volcánica, las cuatro estaciones, el puro y vital oxígeno, despiertan gran interés y atracción a políticos y población de los diferentes continentes.

Probablemente la superpoblación de la Potencia China motivó a su mandatario perder el respeto, no sólo a la riqueza natural ajena, sino también a la soberanía de otros países como el Ecuador, para lanzarse rompiendo reglas internacionales y, con sus 260 buques sustraer por miles de toneladas de pesca calificada en la zona soberana del mar Pacífico que corresponde a las Islas Encantadas; vulnerando así derechos protegidos del Ecuador. Existen organismos responsables de este tema como el Pacífico Sur, que lo integran Chile y Ecuador entre otros y la ONU que tienen la obligación de suspender por tres meses la pesca de los chinos en las aguas protegidas de Galápagos, sino de prohibir indefinidamente y ampliar la protección de 200.000 a 800.000 millas.

Seguramente el gobierno Chino amenaza al Ecuador, con suspender todas las oportunidades crediticias, del presente y futuro, inclusive dar por vencido obligaciones financieras, en caso de no permitir la explotación. El Filósofo Platón dijo: “La mayor riqueza del hombre, es vivir contento con lo que tiene”, y el pensador CARL dijo: “El único propósito de la humanidad es encender una luz en la obscuridad” mientras que Sócrates expresó: “No puedo enseñarles sólo puedo hacerlos pensar”. Consolidemos las ideas de estos filósofos de modo que al pensar encenderemos la luz y se aclararán nuestros conceptos, para detener la explotación de nuestra riqueza ictiológica, por parte de China, de suerte que evitaremos el exterminio de las especies marinas exóticas que viven en Galápagos.

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Armando Daza Quiñónez