Brecha universitaria

Como sucedió con el ‘Ser Bachiller’ hace menos de un año, de nuevo hubo inconformidad y sospecha de copia en el Examen de Acceso a la Educación Superior, administrado por el Senescyt la semana pasada. Casi 189.000 estudiantes rindieron la prueba que parece ser un nuevo indicador de la desigualdad que vive la sociedad ecuatoriana.

Durante años, el país clamó por la implementación de un examen de acceso a la educación superior estatal, en aras de premiar a aquellos que con esfuerzo lograban alcanzar un puntaje suficiente que les permitiera acceder a la carrera y universidad de su elección. Un premio ‘al mérito’, sí, asumiendo que todos los bachilleres de la República -hombres y mujeres- tienen similares oportunidades de acceso a educación de calidad, libros y herramientas tecnológicas, tiempo y condiciones para estudiar.

Sin embargo, la brecha entre los que ‘tienen’ y pueden educarse, y los que no, siempre existió y la pandemia revirtió su tendencia a la baja.

Hemos denunciado hasta el cansancio las visibles inequidades que ha causado y agravado la pandemia del Covid-19. “Apaguen sus cámaras, rindan con el celular; solo a los ‘giles’ les va mal en la prueba”, se leía en redes sociales. La página web del Senescyt publicó las guías de estudio e instructivos, pero cerca del 20% de familias en el país no tienen acceso a internet.

Un mal manejo de este examen por parte del Senescyt y los centros de educación superior puede no solo matar los sueños de miles de futuros profesionales, sino también contribuir a manchar la imagen ya maltrecha del proceso de acceso a las universidades.

Una vez dicho lo que nos es conveniente, la cuestión de si es verdad o no perdió importancia.”

Alvin Plantinga (1932- ) Filósofo de la religión y metafísica; EE.UU.

La Nación no necesita simplemente lo que tenemos; necesita lo que somos.”

Edith Stein (1891-1942) Mística y religiosa alemana.