Microempresa engañada

¿A qué juega el Servicio de Rentas Internas con los microempresarios?

Hace algunos años, se implementó el régimen simplificado como un incentivo para hacer más atractiva la ‘formalización’ de emprendimientos y pequeños negocios, que apuntaba a aliviar costos y cargas administrativas de la microempresa. Incluso, prometía que no estarían obligadas a llevar contabilidad y que no serían agentes de retención. Resultó un engaño.

El SRI, concebido en la década del 90, nació con el objetivo no solo de incrementar las rentas fiscales, sino de crear una cultura tributaria ausente del imaginario económico nacional. Asimismo, debía diseñar políticas tributarias a largo plazo.

Hoy, el organismo actúa con inexplicable incongruencia, entorpece el emprendimiento y la sustentabilidad de la micro y pequeña empresa.

80 resoluciones al año emite el SRI en referencia a las reglas que debe seguir la microempresa. A ritmo de unas 5 o 6 por mes, imponen medidas innecesarias y que generan incertidumbre y costos adicionales para quienes intentan con sus ahorros, créditos y esfuerzo, sostener empleos y generar rentas.

El confiscatorio impuesto del 2% a los ingresos brutos grava la operación de una microempresa por sobre el 1,7% que tributa, en promedio, una compañía en régimen normal.

En el último episodio, el SRI ha determinado que 82.000 microempresas serán, desde octubre 1, agentes de retención. Esto, extraído de un catastro de más de 570 mil entidades que desde enero de 2020 se ha modificado ocho veces.

La empresa privada se sostiene con las uñas. Coherencia e impulso a la producción es lo que se espera del Estado.

La atención es la más rara pero más generosa manifestación de generosidad.”

Simone Weil (1909-1943) Activista política y mística francesa.

Si uno vive en un cementerio, no puede llorar por nadie.”

Aleksandr I. Solzhenitsyn (1918-2008) Escritor e historiador ruso, en Archipiélago Gulag.