Por senderos nada luminosos

La violencia no cesa en Latinoamérica. El peligro: terrorismo y subversión, auspiciados por La Habana y Caracas. En décadas anteriores -los 50, 60 y 70-, se imitaba la revolución cubana. A pedido -traición- de Fidel, el Che Guevara hizo la revuelta en Bolivia, hasta su captura y ejecución.

Muchos latinoamericanos fueron entrenados para la insurrección. Las FARC y el ELN colombianos, Alfaro Vive, Sendero Luminoso (inspirado por el socialista Mariátegui) y Túpac Amaru peruanos, los Montoneros argentinos, los Tupamaros uruguayos, el salvadoreño Farabundo Martí de Liberación Nacional, el Sandinismo nicaragüense y otros que tenían -aún tienen- como misión la revolución armada.

En 1948, el homicida del líder liberal colombiano, Eliécer Gaitán, se llevó a la tumba sus razones, porque fue asesinado por una turba. Tras el «bogotazo», Colombia vivió en el terror, luego combinado con el narcotráfico (pasa en México). En Uruguay la subversión de los tupamaros, de inicios de los 70, fue diferente. No buscaba dañar personas, sino sitios «pervertidores» como casinos. Hubo y hay terrorismo de estado en Chile (Pinochet), Argentina (Videla), Nicaragua (Ortega) y Venezuela (Chávez y Maduro).

En Perú, en los 80 (30 mil muertos como saldo), Sendero Luminoso hizo daño. Liderado por Abimael Guzmán (docente universitario con cadena perpetua en El Callao). Esta célula disidente del partido comunista quería el paraíso eliminando enemigos -la sociedad- y negando la razón, a nombre de un comunismo ficticio e impracticable.

Las condiciones de vida de la mayoría y la presencia de izquierdistas intransigentes, junto a un movimiento indígena fortalecido (dicen las encuestas) presentan un escenario de beligerancia, racismo, autoritarismo y mentiras producidos en universidades que adoctrinan jóvenes desocupados, tras el fracaso de los políticos. Caldo de cultivo para “senderos nada luminosos” y riesgosos, propuestos por “Yaku” Pérez, al incorporar en su campaña grupos mariateguistas, liderados por Iza y Vargas, actores de la violencia de octubre de 2019.

El libro de Leonidas Iza, “Estallido”, plantea el comunismo como fin. Su sustento político, los mariateguistas engendrados en universidades públicas y las bases de la Conaie. Propone la revolución comunista y anticapitalista. Al final del libro dice: “la luz final del túnel proviene de la afirmación creída, buscada e impostergable: comunismo indoamericano o barbarie”. Si eso pasa, los senderos no son nada luminosos en el país.