IVA diferenciado

Intelectuales, economistas, comerciantes y público en general, estamos desorientados y muy nerviosos, al extremo que no encontramos la brújula que guíe nuestro rumbo. Este nerviosismo emocional, tiene su origen en la crisis económica, conductual y sanitaria que vivimos. Estamos muriendo de sed junto a la fuente. Somos un país extremadamente rico, el punto geográfico y estratégico que nos encontramos asistidos por gran cantidad de oxígeno, fuentes hídricas, vegetación con calidad, por ser una de las más verdes del mundo, lo que fortalece y enriquece a todos los seres vivos que habitan en el Ecuador, cuyos productos y frutos son de excelente calidad espontánea, así como metales y minerales que se encuentran abundantes en las extrañas de la tierra.

Nadie encuentra explicación porque existiendo tanta riqueza y tantos economistas sabios y experimentados, vivamos en el país de mayores necesidades, con pobreza extrema en la mayoría de la población. El ciego perfecto es el que no quiere ver.

El filósofo romano Marcos Aurelio dijo: “La vida de un hombre está determinada por sus ideas”. La mayoría de políticos y ciudadanos en nuestro país, tiene la idea de hacerse millonarios robando, y ese es el verdadero origen de nuestra desgracia. Busquemos una fórmula de resolver el déficit presupuestario, incorporando el IVA diferenciado, para aplicar más impuestos a los productos suntuarios, como cigarrillos, ropa importada de alta calidad, bebidas alcohólicas finas; pero la fórmula que nos permitirá recuperarnos es el cambio de ideas de los corruptos, reemplazar la idea de robar por la de trabajar honradamente utilizando toda nuestra fuerza, voluntad y pulcritud humana; la formula de producción de los productos agrícolas de exportación, que generen ingresos de divisas, y el menor gasto disminuyendo el tamaño del estado, mejorarán la situación del país, pero nunca resolverán el problema; la solución definitiva, es acabar con la corrupción que es el mayor gasto del Estado, en virtud que el desvio de los recursos, no son inversión, y por tanto no crean riqueza ni ahorro, por el contrario la corrupción es más pobreza y menos desarrollo.

Armando Daza Quiñónez

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