Regreso a Ítaca: una controvertida película franco-cubana

Gerardo Luzuriaga Arias | [email protected]

Regreso a Ítaca (diciembre 2014) es una cinta dirigida por el francés Laurent Cantet, realizada con la participación de algunos de los actores cubanos más destacados. Recibió galardones en Venecia, Toronto y Biarritz.

El guion fue elaborado por Cantet y por el escritor cubano Leonardo Padura. La película fue rodada en Cuba en un periodo de dos semanas, con el permiso previo de las autoridades cubanas correspondientes.

Amistad y desencanto
El filme es una especie de chamber play. Todo ocurre en la azotea de una casa de La Habana, con vistas al malecón y a los techos y calles del centro historico.

La acción, o más bien la conversación, transcurre en una sola noche, desde el crepúsculo hasta el amanecer. Amadeo (Néstor Jiménez) era un escritor prolífico, pero ahora es incapaz de escribir nada, porque España, donde se exilió, era algo ajeno a su vida, y ahora acaba de regresar a Cuba después de un destierro de 16 años. Se reúne con sus viejos amigos: Tania (Isabel Santos), una oftalmóloga desencantada, que logra sobrevivir económicamente, apenas, gracias a las remesas que recibe de sus hijas que se fueron a Miami; Rafa (Fernando Hechavarría), que antes era un buen artista y ahora pinta cuadros insulsos para turistas y se ha vuelto alcohólico; Aldo (Pedro Julio Díaz), un ingeniero que ensambla baterías en una fábrica pero que, aun así, afirma que es posible construir  una sociedad más justa; y Eddy (Jorge Perugorría), un diletante (se sabe de memoria textos de Mario Vargas Llosa), ahora burócrata del gobierno post revolucionario, muy viajado, que vive bien y aporta el whiskey de la velada, el único tertuliano que afirma que no le han robado la vida, aunque en el fondo parece sentirse incómodo ante la diferencia de modos de vivir  entre èl y sus amigos.

Recuerdan con cierta nostalgia los viejos tiempos. Ellos crecieron y se formaron, llenos de optimismo, en el ámbito ideológico de la Revolución. Estudiaron y cortaron caña, como todo el mundo. Todos parecían creer entonces en el sueño de una sociedad mejor. Pero ahora han perdido esa convicción, se consideran fracasados, desilusionados, cansados, sin ideales ni utopías. Pero su amistad y lealtad persisten, a pesar del paso de los años y de las dificultades que cada uno ha tenido que enfrentar.

El tema principal del filme es, claro está, el desencanto, la ira enconada de una generación. También la amistad, como es obvio. Otro asunto abordado es, como es lógico, el exilio. De la conversación se desprende que prácticamente todo cubano tiene algún familiar, amigo o conocido, que quiere salir del país o que vive en el exilio (y de quien tal vez recibe apoyo económico, que quizás le humilla pero que le ayuda a subsistir).

Méritos de la película
La película está muy bien hecha y actuada. Los actores se manejan con gran naturalidad. Su modo de hablar y de gesticular, la música, el baile, las vistas panorámicas desde la terraza, todo ello crea un ambiente muy matizado, muy particular, que evidencia el talento del director. El receptor implícito de Regreso a Ítaca sería una persona que conozca la historia y realidad cubanas, también el modo de ser de los cubanos, incluso su humor. Ese humor, esa fuerza interior que impide cualquier sentimiento de compasión hacia los personajes.

Llama la atención el que, aunque sea una crítica a la Revolución, la película se haya rodado en Cuba, con actores y técnicos cubanos, con el vistobueno de las autoridades cubanas. Las cosas están cambiando o deberían cambiar en Cuba, es lo que también nos dice esta cinta, producida en el ambiente de ciertas expectativas de apertura surgidas con anterioridad a la visita oficial que hizo el Presidente Barack Obama a Cuba en 1916.

Ecos de Homero
El título de la película merece unas líneas. . Como es obvio, el lugar Ítaca remite a la Odisea de Homero. Así pues, el retorno del protagonista a La Habana, su tierra de origen, equivaldría al regreso de Odiseo a la isla de Ítaca, a su país, a su hogar. Para mayor abundancia, el “héroe” de la cinta se llama Amadeo (nótese la semejanza fonética). Es posible que algunos espectadores busquen más similitudes entre la película y el poema épico de Homero, y sin duda quedarán defraudados. A otros les bastará con disfrutar lo que el filme ofrece. Y tal vez otros vean en el título sólo un toque de ironía.

Inicios del exilio
Esta película evoca Memorias del Subdesarrollo (1968), del cubano Tomás Gutiérrez Alea, con Sergio Corrieri en el papel principal. En esa película clásica se presenta el comienzo del exilio, inmediatamente después de la invasión de Bahía de Cochinos. El protagonista, observador auto marginado, se plantea el dilema de si debe salir o quedarse. Él opta por permanecer en su país, pues tiene curiosidad por saber qué va a suceder con esa Revolución que acaba de irrumpir en la sociedad cubana. Los temas principales de la película de Gutiérrez Alea de hace más de cincuenta años, resuenan elocuentemente en este Regreso a Ítaca, a La Habana.

Gerardo Luzuriaga Arias