Simón Espinosa Cordero: “Quijote en la lucha anti corrupción, referente intelectual y humanista”

Mariana Velasco | [email protected]

En la vida de todo ser humano, hay hechos y circunstancias que dejan cicatrices en el alma. En nuestro invitado, dos hechos le marcaron para siempre: la muerte de su padre, cuando era una criatura de cuatro años y el voluntariado permanente en el Instituto de Investigación y Educación Popular – Inepe-, que le permitió conocer a tanta gente pobre con mucho talento, pero sin oportunidades. Al tener una infancia pobre, trabajó desde tierna edad.

Su pasión por el conocimiento, los idiomas, la literatura y la filosofía tienen como referencia a su abuelo y a sus padres. Su abuelo materno, Octavio Cordero Palacios, abogado, matemático y profesor de topografía. Su padre, Luis Darío Espinosa Espinosa , era un notario nacido en Cañar que hablaba francés y leía libros día y noche. Era escribano y ayudaba a buen morir a los presos. Su madre, otra gran lectora, Blanca Cordero Crespo. Nuestro invitado, tenía cuatro hermanos, tres mujeres y un varón.

Su hermana Soledad, es madre de Eliecer Cárdenas. Su abuelo Octavio, muy inteligente, inventó en 1902 un aparato llamado La Meta Glota, que servía para traducir de una lengua a otra, en forma de telegrama, además enseñaba en el colegio Benigno Malo, trigonometría en versos.

Fue quien fijó la fecha 3 de noviembre como día de Cuenca, tradujo el Cuervo de Poe, tradujo la Eneida, tiene un libro El Cañari y el Quichua, una comparación. Fue fiscal del ferrocarril Sibambe -Tambo. A los norteamericanos les hizo rectificar la línea, ahorrándoles 5 kilómetros.

Le dieron 140 mil sucres de premio. No aceptó el obsequio argumentado qué al ser funcionario público, hacía su trabajo.  A este hombre notable, nunca le apoyaron.  Murió a los 60 años y no tiene un monumento en Cuenca.  Nuestro personaje, desde chiquito, siempre fue despierto, listo, con enorme riqueza en sus ideas, razón por la cual, pasó directo a segundo grado en la escuela de los hermanos de La Salle; dominaba la lectura. Recuerda que cuando cursaba el sexto grado, terminaban la construcción de la primera y más pequeña cúpula de la Catedral y decidió escribir su primer artículo sobre el tema, para la revista Travesuras.  A los 17 años, graduado de bachiller, el 1 de septiembre de 1948 decidió ser sacerdote jesuita. El Concilio Vaticano II y los cambios que impulsó la Compañía de Jesús generó marcadas diferencias entre los sacerdotes innovadores y los más ortodoxos. Simón se identificó con el primer grupo y le acusaron de qué en su calidad de director espiritual, restaba la fe a sus alumnos que venían de Centro América, Venezuela y Bolivia, además de otras situaciones qué, sumando hacían un todo. Dejó la orden y los hábitos después de 24 años de sacerdocio.

Quizás de este episodio, uno de los más importantes de su vida, lleva en su espíritu la necesidad de luchar contra la corrupción. Todavía como sacerdote escribía en la revista Mensajero, dirigida por otro genial jesuita que luego dejó la orden: Luis Eladio Proaño. Tiene el poder del lenguaje. Como Jefe de Redacción descubrió un hecho que lo sorprendió y que no hace falta detallar .

Gracias a que fue testigo de que uno de los cargamentos que alguna vez llegó desde Europa a Quito, contenía para la época-objetos no santos ni piadosos- agilitaron la autorización de su retiro de la misión y bendecían su matrimonio. Pudo hacerlo con rapidez, porque de lo contrario, los permisos habrían tardado años. Una vez fuera, llamó a Ana María Jalil y le invitó a almorzar. La guayaquileña, trabajaba en el local de joyas de Lucy de Perón. Fueron al Chifa Miraflores, le propuso matrimonio, obtuvo el sí y comenzaron a planificar sus vidas. Su hermano sacerdote, ofició la ceremonia religiosa de su matrimonio en Cuenca, en julio de 1972, a los 44 años. Ana María tenía 25 años. Llevan más de medio siglo juntos.

Tienen dos hijos. David, de 52 años, casado, tiene 3 hijas, nació con ingenio para los emprendimientos comerciales y vive en Colombia. Hasta hace poco fue Gerente de Ferrero para Venezuela, Colombia y Ecuador. Simón Jr.50 años, casado ,2 hijas, desde muy joven hizo periodismo, escribió para diario La Hora, fue profesor de periodismo en la Universidad San Francisco de Quito, obtuvo una beca para estudiar en Columbia, guiones de cine.

En Estados Unidos, prefirió dedicarse a la pedagogía. Las cinco nietas, cuyas edades van desde los 9 hasta los 19 años, en vacaciones visitan a sus abuelos y llenan de alegría el sereno e impecable ambiente de la casa donde predominan obras de arte que adornan las paredes y retratos fotográficos familiares que posan alrededor de la sala principal.

Aunque no se considera una leyenda urbana, muchos ecuatorianos lo ven como tal. Fue sacerdote jesuita hasta los 44 años y vivió en al menos cinco países como profesor y pedagogo de los jóvenes que seguían su vocación sacerdotal. A su retorno a Ecuador para vivir en Quito, en la residencia jesuita de Cotocollao, continuó como profesor universitario.

Según la Iglesia, el sacerdocio y matrimonio son Sacramentos y según la teoría de la propia entidad, los sacramentos le dan la presencia de Dios en el alma. Esboza dulce y franca sonrisa al aceptar poseer doble presencia. Trabajó para el Cuerpo de Paz, fue el primer director del Instituto de Crédito Educativo y Becas. Por presiones políticas, se vio obligado a renunciar a El Comercio y salir del   Banco Central del Ecuador, bajo la dirección de Rodrigo Espinosa. Una vez recibida las liquidaciones, se dio cuenta qué por mal cálculo, en una de ellas hubo error. Le dieron más dinero del que debían. De inmediato giro un cheque por 550 mil sucres a favor del Banco Central.

A poco tiempo de lo ocurrido, arrancó la campaña política y un ex compañero de trabajo se lanzó como candidato a diputado por la Izquierda Democrática (gobierno de Rodrigo Borja) Un candidato opositor del partido de León Febres Cordero, mandó a publicar como aviso pagado en los periódicos, la copia del cheque bajo el título:

‘’Simón Espinosa Cordero, sí devolvió el dinero. Páguese al Banco Central del Ecuador. Según él, eso le dio la ‘’fama’’ de hombre honrado y a partir de esa fecha ha sido invitado a participar en varias comisiones contra la corrupción.

Este habitante del lenguaje de César  Vallejo y  Antonio Machado, rebelde e iconoclasta, no se cansa de buscar espacios públicos donde expresar su pensamiento,  opiniones, su manera de ver lo que ocurre en el país, sobre todo en la política, la cual para él es una paradoja: por ella ha ido juntando miles de ciudadanos que comparten su ácida y aguda manera de criticar a quienes ejercen el poder y también debido a ella, ha sido perseguido, agraviado y atacado por la intolerancia del poder al que señala sus debilidades.

La vida del pensador profundo es transparente y asegura no tener receta, aunque cree que es una suma de casualidades.  ‘’Yo nací con estrella’’, las oportunidades pasaban por mis narices y las tomé. También fui arriesgado dice, con su característico humor, aliado de la inteligencia.

Hace pocos días, la Universidad Internacional del Ecuador, UIDE, al reconocer los méritos del quijotesco luchador contra la corrupción, le otorgó el Honoris Causa. Antes lo hizo la Politécnica Nacional. Sin duda, uno de los mejores homenajes en vida.

Simón, que siempre rompe moldes, escogió el escenario académico y el poema Viaje definitivo, de Juan Ramón Jiménez, para ejecutar su propio ceremonial de despedida.

No contuvo su dolor, se quebró: irse así, con el país roto y deshilachado. Lágrimas de tristeza y felicidad rodaron por las mejillas de los asistentes por el honor y alegría de conocerle pero además por la oportunidad de decirle, en vida, que su legado debe continuar, porque además es un referente intelectual y moral en todos los temas relacionados con las humanidades.

Es peso pesado en sus convicciones y la coherencia es su mejor virtud del maestro ecuatoriano, que predica con el ejemplo lo bueno y auténtico. De profundos ingenio, ironía y apertura, es un deleite y regalo para los sentidos conversar con Simón sobre diferentes tópicos. Lector incansable no solo de temas filosóficos y sociales, sino también de lecturas científicas y crítico agudo del papel social de las mismas. No le teme a la muerte porque lo considera un don y no se arrepiente de todo lo que ha hecho.

Un 8 de octubre de 1928, nace en Cuenca, Simón Espinosa Cordero, cuyas virtudes académicas y humanas, se destacan en el periodismo, la cátedra y el desempeño público. Fue miembro fundador de la Comisión Cívica Anticorrupción y Presidente de Quito Honesto. Sobrio y sencillo como su vida, con lúcida ironía y sabias reflexiones, dice venir de una familia longeva, tener buena salud, ayudada por algunas pastillas y silla de ruedas después de su caída. Dos veces a la semana recibe fisioterapia.

En su casa de dos pisos en la calle Tamayo -un sector de clase media alta, poblado de edificios modernos con estilo minimalista-, acompañados de una taza de café, conversamos de todo un poco, hicimos memoria, reímos, hasta llegar a confesar que dedica su tiempo a los amores que han marcado su existencia: su esposa, Ana María, la lectura y la escritura. Próximo a cumplir 96 años, los resume en decenas de coincidencias que fueron marcando su existencia, como los trazos caprichosos de un destino que a él mismo lo sorprendían y le obligaban a cambiar y a tomar decisiones de un momento a otro y a involucrarse en hechos jamás imaginados.

Un buen lector se hace desde la niñez. ¿Qué leía?

De niño hasta adolescente, leía a Julio Verne, pude disfrutar de 15 Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, sobre todo la parte de la historia de España.

Mi mamá me leía, El secreto de la confesión, de un sacerdote francés, Los novios de Manzoni que los ha vuelto a leer y los encuentra pesados, además de los cuentos de Hans Christian Andersen. Uno de sus tíos poseía la colección de la revista argentina, Leo Plan, que siempre traía una novela y el lector Simón, hacía uso de ella.

Cuenta que junto a su casa funcionaba el orfelinato de las Madres de la Caridad y qué del primero al sexto curso de colegio, se levantaba a las 5 de la mañana para acolitar en las misas. Percibía 3 sucres al mes. Uno entregaba a su madre y con los dos restantes, se compraba una novela donde Don Oso.

La literatura, música y poesía depuran el alma. ¿El hombre/mujer de letras, debe ser cuestionador?

La esencia de la cultura es ser cuestionador, no solo en la política, también en las costumbres sociales, preguntarse si está bien o mal, cruzar opiniones para diferenciar lo racional de lo emocional. Tuve la suerte de ser Jesuita antes de cumplir los 18 años.

Un estudio largo. Dos de noviciado, dos años de letras dónde aprendíamos latín y griego, tres de filosofía, cuatro de teología y si pasaba los exámenes daba un cuarto examen de universa para convertirse en Profesa. Donde además de los votos de obediencia, castidad y pobreza, se hacía el voto de obediencia al Papa.  Tuvimos al profesor a Aurelio Espinosa Polit, quien nos hacía leer por partes y analizar. Esos ejercicios ayudan a pensar. Soy muy reconocido de mi formación con la Compañía de Jesús. Fue el ejemplo de mi padre, de servir, el que me llevó al sacerdocio. 

La corrupción es un fenómeno global. ¿Hay esperanza de eliminarla?

En la Biblia ya se habla de eso. En la fábula del rey Midas que era un millonario y Júpiter le castigó al convertir en oro todo lo que tocaba. El ser humano siempre tiene la tendencia a tener más. En nuestro país y sobre todo en la política es donde buscan tener más, sobre todo en los poderes principales. Tiene mucho que ver los años formativos que vienen del hogar, luego en el colegio o la universidad esa lucha del ‘’yo soy pobre y él es rico’’, mientras hay madres que se multiplican para llevar el pan a su hogar. Basta recordar el refrán. En arca abierta hasta el justo, peca.

La mayoría de sus virtudes son públicas ¿Tiene defectos?

Claro que tengo. Soy propenso a tomar fundamentales decisiones por impulso, también soy un poco susceptible a la crítica aunque he aprendido a dominarme. Entre risas reconoce que la señora sabiduría le aconsejó no leer las críticas ni preocuparse por ellas. Además, (baja el tono de la voz como en acto de contrición) al aceptar que   es medio ingrato. Ha recibido muchos favores de personas pero confiesa ser procastinador -lo deja para mañana-   se olvida y muchas veces no cumple. Añade que otro de sus defectos, aunque mucho consideran virtud, es su humildad porque jamás ha sido ambicioso. ‘’Me veo así, pero en el parecer ajeno debe haber otros defectos…’’

Usted se comparó con una vaca de ordeño. ¿Puede explicar?

¿Eso dije? (risas) Siempre he sido tímido para pedir que me paguen. 

Algunos sí lo han hecho de forma voluntaria, otros no y unos cuántos te regatean. Puntualiza que le es muy difícil y tiene una fea sensación al momento de cobrar por su trabajo. Cuenta que hay una sola vez que no aceptó el regateo que le formuló una empresa. Debían pagarle 8 y le querían dar 6. Dijo no. ¡Ha sido la excepción!. El recuerdo de su padre, está presente durante la entrevista. Él debió ser cura. Era un abogado cuencano, notario. Y se dedicaba a los demás. Cuando atendía personalmente en la cárcel, llevaba al cura, ayudaba a los presos como abogado, les daba catecismo. Un 18 de julio de 1933, durante un brote de fiebre exantemática, tuvo que hacer el testamento de un preso. Y mi papá fue, le hizo el testamento y como era casi cura, le ayudó a bien morir. El 25 de julio fallecía mi padre. Cuando crecí, la gente me hablaba con reverencia de él. ¿Por eso me habré hecho cura, no? Por allí, creo que me viene esta cierta misericordia.

Desde abril, 2017 usted es tuitero ¿Cómo recibe el vendaval de las redes sociales ?

No es un usuario frecuente pero antes de escribir, consulta mucho con Google, investiga para no cometer errores y las veces que se ha equivocado- caballero como es- ha pedido disculpas al ofendido e inclusive ha llegado a construir amistad.

Muestra agrado y gusto por el número de seguidores que tiene y acepta que le ha ido relativamente bien.

Sentía la libertad para escribir …’’Nunca leo los comentarios que contestan. (baja la voz como si fuera a decir un secreto) A veces algunos amigos me cuentan, por ejemplo, cuando una vez defendí a una asambleísta. Dije que si ella era culpable me cambiaría de sexo. (carcajadas) Me dijeron horrores. Reafirmé en que no debo leer las respuestas. Reconoce que fue muy duro en la crítica de la presentación de un libro y que antes de morir debe rectificar con una persona que vive en Guayaquil

En su artículo, Rayo sin llama, (2021) usted textualmente afirma:’’ Turistas, ¡visítennos! Ofrecemos homicidios, sicariatos, trata de personas, tráfico de drogas, niños secuestrados para adopción, muertes teledirigidas desde centrales carcelarias, masacre en prisiones, yaguar locro y huahuas de pan’’ ¿Qué siente? Siento impotencia al no tener la solución para cambiar el país, porque es tarea de muchos y de todos.

A pesar de haber transcurrido tres años, las afirmaciones formuladas en el artículo, siguen vigentes.’’ Hay momentos que el sarcasmo me invade.’’

Narra también otro caso, cuando en la columna Cajón de Sastre, en referencia a un torero ambateño, dijo: ‘’el torero Cobo habla como español y torea como ecuatoriano’’. Más tarde se arrepintió.

Hay varias versiones sobre su salida de la orden de los Jesuitas. A la fuente, pregunto: ¿Hubo falsas acusaciones en su contra o usted descubrió actos non santos de dentro de la Compañía de Jesús, que le obligaron a salir de la Orden?

Estuve en la Compañía de Jesús desde el 6 de septiembre de 1946 y me ordené en Estados Unidos en 1959, donde estudié teología y debíamos ir a México pero no nos dieron la visa en aquella ‘’rojilla’’ época. Creo que fui un buen religioso hasta que algún rector andaluz, le había dicho al provincial, que yo en mis predicas, les quito un poco la fe a los estudiantes, mientras otro directivo que había estudiado en Alemania, sostenía que yo me parecía a los luteranos.

Le dije al provincial, no puedo seguir de padre espiritual, si piensan así. Ante lo cual pidió que le envíen al suburbio, a lo qué el provincial le dispuso que se vaya de profesor al colegio jesuita en Guayaquil y que en las tardes tome un bus y vaya al suburbio a hacer el apostolado y luego retorne al colegio. A Simón, le preció una tomadura de pelo. Consultó con un director espiritual y en la Constitución de la Compañía de Jesús dice, no obedecer cuando se ve pecado manifiesto, es decir mala fe´. Le dijo al provincial que no le va a obedecer.

Nuevamente el provincial le dispone buscar un colegio regentado por jesuitas en Quito donde pueda quedarse. No lo hizo y decidió permanecer en la residencia de la Compañía, donde le recibió el padre Orellana, quien le apreciaba. Con pícara sonrisa, recuerda un par de anécdotas.

Luego vino el Concilio Vaticano II y leía sus extractos. Simón consideraba que algunas cosas se debían cambiar en la Orden, porque seguían las costumbres de la provincia de Andalucía en España. Eso minó un poco su espíritu, a pesar de ser buen comunicador y predicar de una manera diferente. Como jefe de redacción de la revista El mensajero, con tinte político teñido de moral, que dirigía el también sacerdote, Luis Eladio Proaño, escribió ¿Monjas: lastre o esperanza? Hubo protesta.

Escribió para El Comercio, 9 artículos sobre la Dolorosa del colegio. El Cardenal Muñoz , el 20 de abril comía en la casa de los jesuitas donde  se limitó a decir : ‘’usted es  un escritor de fuste’’.

A renglón seguido, se preparaba el Sínodo donde el Papa invitaba a una reunión de obispos que debían ser elegidos democráticamente por los párrocos. Hicieron eso pero además enviaron dos adicionales. Escribió un artículo cuestionando la decisión. Hubo disgusto por parte del Cardenal, quien remitió una misiva cuestionando ‘’quien es Simón Espinosa para juzgar de la conciencia del episcopado’’. Todo esto sumó para su salida.

¿Se considera una voz autorizada para hablar de temas espirituales?

No soy voz autorizada pero al haber estudiado conozco sobre la materia, además son temas trascendentales de espiritualidad, de sentido de la vida.

El mundo hoy, al menos en apariencia, es más ligero y en el fondo sí quedan vacíos. Antes, eso se llenaba con la entrega al prójimo mediante el servicio a Dios. Ahora con la vejez uno vuelve a ciertas oraciones

¿Al tocar el yo íntimo, se acaba la misericordia?

Si es algo hiriente se acaba la misericordia. De lo contrario no tendríamos remordimiento de conciencia. No hace falta ofender ni insultar. Hay maneras de decir las cosas.

¿Qué dice el yo íntimo de Simón?

Digo que he sido un hombre de mucha suerte. Siempre me han llamado por una razón u otra. Nací con estrella y le doy gracias a Dios. La mejor obra que hecho durante 30 año, todos los lunes por la tarde, es dar clases de sintaxis a los profesores de una escuelita pobre, a los pies del Guagua Pichincha.

Está por cumplir 96 años, despedirse del país en público, ¿es considerar a la muerte como un don?

Si somos creyentes, no se puede probar la existencia de Dios solo con la razón porque le refutan. 

Es cuestión de fé, gracia dada por Dios. Por un lado te da miedo de morirte porque amas la vida pero además, a la vejez, existe preocupación de causar molestia  al entorno cercano. Definitivamente es un don vivir tantos años. Por otro lado, esperas que haya vida eterna y Dios tenga misericordia de uno. Y …. pase bien.

Discurso de agradecimiento por el doctorado honoris causa de la UIDE

Simón Espinosa Cordero

22/05/2024

Señor Canciller don Marcelo Fernández, fundador de la Universidad Internacional del Ecuador, señor Canciller Titular don Nicolás Fernández, señor don Gustavo Vega, rector de la UIDE, señor don Simón Cueva, vicerrector académico, señores decanos, señores directores académicos, señores directores administrativos y señores del Consejo Estudiantil.        

Gracias de corazón a la Universidad Internacional del Ecuador, que, empoderada   por la Universidad Estatal de Arizona, busca los estándares más altos.

Un abrazo a don Gustavo Vega Delgado. Nuestro precioso país se ha quedado despatarrado.  Empezaría a recobrar, poco a poco, su fuerza si Vega Delgado fuera nuestro presidente.

Agradezco las amables palabras del doctor Jorge Baeza, decano de Jurisprudencia por su innata bondad y mente clara. Al doctor Oswaldo Lugo, amigo sabio y generoso y al ingeniero Fabián Cruz Cevallos por haber imaginado que podrían otorgarme un Honoris Causa pese a que “soy un fue, y un será, y un es cansado”, como dijo Francisco de Quevedo, poeta, a veces, del desencanto.

Gracias, familia, y respetable audiencia por estar aquí.  Seré breve: citaré al evangelista San Juan.  Y dirigiré, al modo presidencial, unas breves palabras a los jóvenes miembros del Consejo Estudiantil, sobre la incertidumbre del Ecuador y nuestra obligación patriótica de volverlo nuevamente certero.

La cultura occidental se basa en la griega que nos enseñó a dialogar y en la Biblia que introdujo el concepto de historia. Jesús había resucitado a Lázaro. Éste y sus hermanas Marta y María Magdalena invitaron a Jesús y a los discípulos a cenar en Betania donde vivían. Faltaban seis días para la fiesta judía de la Pascua. María se presentó con un frasco de perfume muy caro, casi medio litro de nardo puro y ungió con él los pies de Jesús; después los secó con sus cabellos. La casa se llenó con la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de los discípulos, protestó, diciendo: ¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para repartirlo entre los pobres?… (…)

Jesús le dijo: –¡Déjala en paz! Esto que ha hecho anticipa el día de mi sepultura. (Jn 12 1-7)

Lo que la Universidad Internacional acaba de hacer conmigo, anticipa el día de mi sepultura”.  Nuestra patria se está muriendo. Hay que devolverle la vida. Este es nuestro deber. Yo desde mis noventa y cinco años y medio siento que he tratado de cumplir con mi país en todas las circunstancias en que la vida me ha puesto. Ustedes, jóvenes, no deben tener vergüenza de llamarse ecuatorianos. Somos un país joven en años de república y democracia comparado con los países europeos.

Tenemos un pasado precolombino de la más fina orfebrería de América, un período colonial, aunque atroz con indígenas y negros, rico en bellas artes. Y aún hoy seguimos, a veces, insensatos y provincianos como si fuésemos monárquicos todavía. Al morir, el obispo Proaño exclamó: “Me muero triste porque la Iglesia Católica ha sido la institución más perversa con los indios”.

Hemos sido los primeros en proclamar la independencia. Bastante pronto, en apenas 76 años de republicanismo hemos separado Iglesia y Estado, hemos legalizado el matrimonio civil y el divorcio, tenemos un Seguro Social, en cuanto a concepción, excelente; pioneros en declarar el voto como derecho de la mujer, Quito junto con Cracovia son los primeros patrimonios culturales de la Humanidad.

Hemos contado con una gran cantidad de personas ilustres; declaramos la libertad de los afroecuatorianos ocho años antes que Lincoln. Y sin embargo, ahora, hemos caído con la excepción de pocas universidades y colegios del Estado y Particulares, en una educación que no educa sino deforma.

Queridos jóvenes, mientras no resolvamos racionalmente las desigualdades sociales, no podremos vivir en paz ni morir con buena conciencia. Ustedes, de profesionales, deberán asumir la política como obligación para llegar a ser estadistas capaces de devolver al país su esplendor y su grandeza.

Que el perfume de nardo al creer en un gran destino los acompañe y si se van a mundos mejores, Dios les libre del laberinto de la soledad.

Quiero terminar leyéndoles un poema de Juan Ramón Jiménez, que siempre me ha conmovido, porque trata del VIAJE DEFINITIVO que todos nosotros habremos de emprender tarde o temprano. Dice así:

… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros

cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;

y tocarán, como esta tarde están tocando,

las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;

y el pueblo se hará nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,

mi espíritu errará nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol

verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido…

Y se quedarán los pájaros cantando.

 

Obras destacadas

Escribir sonriendo, manual de ortografía.

Presidentes del Ecuador 1830-1988, 1986.

Presidentes del Ecuador 1830-2000, 2000.

Grandes escritores de la patria, 2004.

Los más bellos cuentos del poeta, 2011, Coautor

En 2014 publicó su último libro, Vine, vi, linché, en el que recopila 124 columnas de opinión escritas entre 1982 y 2012.

Mariana Velasco
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