El plan o sistema de este gobierno no es más que una utopía en donde todo se ha dado y nada se cumple, todo se va desvaneciendo de poco a poco.
Con el tema de la pandemia suponíamos que todo cambiaría, tanto en salud, trabajo y bienestar, pero todo esto solo ha quedado en ideas. Hoy en día nadie sabe nada de nada, no hay una respuesta confiable en ningún aspecto. La pandemia sigue y seguirá hasta cuando la gente no concientice el enorme peligro que esta enfermedad trae como consecuencias, a la salud de cada individuo y en medio de tantas restricciones y cuarentenas obligatorias la gente sin trabajo está cansada, agotada por eso salen a las calles en busca del pan de cada día y lo peor de todo son aquellos que no tienen nada, pero tienen alguien a quien cuidar; en cambio hay otros que se creen los dueños de una nueva normalidad y se niegan aceptar que el peligro no ha pasado y no creen en la ciencia, ni en el descubrimiento de una vacuna contra esta terrible enfermedad del Covid 19 y su nueva cepa de mutación; y otros que se creen que lo saben todo.
Lo único que se sabe es que los hospitales están saturados al borde de una calamidad en donde la cantidad de gente infectada no puede recibir atención médica y los muertos se acumulen sin remedio, seguimos esperando que el plan de gobierno que tiene en marcha respecto a las vacunas cumplan con lo prometido, en beneficio del pueblo ecuatoriano y las comunidades que lo necesitan.
La única forma de consuelo en estos momentos de crisis y pandemia es la fe, la oración es la forma de aliciente en medio de tantas creencias y religiones sabemos que hay un Dios que está en medio del sufrimiento y nuestra esperanza que está puesta en la vacuna.