Fredy Moreno Proaño, un pájaro de alto vuelo

POR: Ramiro Ruiz.

Ecuavisa cumple 50 años y ha organizado un especial denominado ‘Ecuador Vive’, en homenaje a la música tropical ecuatoriana con prestigiosos cantantes y las mejores canciones, en una misma orquesta dirigida por el maestro Fredy Moreno.

Esta es la promoción para el 22 de este mes. Vale la pena conocer un perfil corto del maestro Fredy Moreno. Los amigos, incluso la familia, le tratan como ‘Pajarito’. Heredó el sobrenombre de su padre, José Moreno Cevallos, músico y compositor reconocido. El sobrenombre fue recuerdo de su juventud de guardameta, cuando volaba como un pájaro.

En una conversación tranquila, abrazada con el calor del hogar de Fredy Moreno Proaño, cómodos en los sillones de la sala de la casa de sus padre en Cotacachi, contó su vida, desde su niñez feliz, su formación artística en el Colegio Luis Ulpiano de la Torre.

Desde muy joven salió a trabajar y amar cada vez la música con pasión, abandonando los miedos, aprendiendo a caminar con sólida autonomía. A afrontar retos y nunca negar cualquier compromiso que la música le ha exigido.

Aprendió con el maestro Claudio Jácome cuando entró a la Orquesta Los Príncipes. Le reemplazó a los 17 años. Le llevó a trabajar en Sonix. Claudio tenía mucha experiencia y creatividad. Luego le llamó Andrés Valencia, director de la Orquesta Los Duques. Después de otros años nació su orquesta propia, Los Reyes Band.

Participó en 1993 en el concurso internacional renombrado OTI. Su primer festival que ganó. Un cotacacheño que participe en el festival OTI como director de la orquesta, fue impresionante. Apenas tenía 22 años.

Ama a Cotacachi, donde nació, y visita para respirar tranquilidad, rejuvenecer y mirar las casas, calles, los parques, conversar con la gente amable y trabajadora.

No sólo ha escrito y ha hecho arreglos para orquestas sinfónicas de Quito y Loja, sino además para música comercial y cantantes populares. Es el caso del conocido Gerardo Morán, que hace bailar hasta a las estatuas y al son del ritmo la gente goza y llora.

Este lado de la música popular, que alguna gente, especialmente los “intelectuales” o personas de alta alcurnia no acepta y sin ningún tapujo se burlan. Pero a escondidas se quedan mordidos de curiosidad hasta que compran los discos y farrean en sus casas de barrios burgueses.

Fredy trabaja como un profesional. Similar a un cirujano que está en capacidad de operar el corazón de un paciente o sacarle una apéndice. Vive para la música. Y esta clase de vida le ha hecho feliz a él, a su esposa y a sus hijos. Es su estilo de vida.