WILSON HARO LÓPEZ Y LA ORQUESTA DE INSTRUMENTOS ANDINOS DEL ECUADOR

Por Ramiro Ruiz R.

El sábado 29 de ese mes caluroso, se presentó en Cotacachi, la orquesta de instrumentos andinos del Municipio de Quito. Cuarenta músicos con la dirección de Wilson Haro López. El concierto se extendió dos horas y media. Interpretaron géneros musicales ecuatorianos como el yaraví, la Suite ecuatoriana del maestro Segundo Luis Moreno, y música de compositores que conforman la orquesta. Cerró ese evento singular con el mambo de Pérez Prado.

La música descubrió en el oyente la identidad, la inmensidad de la cordillera de los Andes, la majestuosidad del caminar del indio en los senderos de los cerros, la alegría del baile en la fiesta de Jatum punlla. El público sentado frente al imponente Taita Imbabura, con el sol de la tarde, mientras se iba a apagando detrás en el horizonte, cerca del lago Cuicocha y el volcán Cotacachi.

Wilson Haro había trabajado tanto y por fin consiguió dedicarse exclusivamente a la música, a la creación y arreglos. Pocos músicos, artistas plásticos o escritores pueden dedicarse a trabajar en lo que les apasiona.

Aquí está una pequeña historia de la vida del maestro: “A los 14 años estudié en el Colegio “Luis Ulpiano de la Torre”. Mis referentes fueron la gente del entorno de mi abuelo: Germán Hidrobo, Gilberto Proaño. Yo sabía pasar con ellos y mi abuelo Albeto Haro Baroja. Me enseñaron cómo tocar la música del Padre Alberto Haro Andrade, Segundo Luis Moreno, Filemón Proaño, Carlos Usicinio Proaño.

Desde 1983 hasta 1989 fui profesor del Colegio “Luis Ulpiano de la Torre”. Al colegio le impulsó don Gustavo Báez, rector y Marco Proaño como vicerrector, a través de la Universidad de Chile. Aprendí a organizar mi trabajo serio de autoformación. Nos orientaron en procesos importantes en el país.

Conocía a músicos que volvieron a Ecuador formados en Rumania y Rusia. Comencé con ellos a intercambiar diálogos basándonos en propuestas europeas. Me dieron libros y comencé a trabajar: Julio Bueno, Pablo Balarezo, Mesías Mayhuashca y muchos compositores e instrumentistas.

Me presenté a la audición en la Orquesta Sinfónica. Integré la orquesta. Después comencé a escribir música. Se creó la orquesta de instrumentos andinos, integré y dirigí.

Me retiré después de unos años. Se jubiló el director. Gané el concurso de merecimientos y retomé la dirección de la orquesta de instrumentos andinos. Innovamos la música tradicional con nuevas formas. La cultura es parte de la naturaleza humana. Quienes trabajamos en la cultura lo hacemos para que vivan mejor los futuros ciudadanos, este es el reto. La inversión de la cultura consiste en generar sensibilidad “al otro”. Y tener conciencia de lo que somos”.