Yachay a la vista

Por: José Albuja Chávez

Será la tercera vez que me refiera al proyecto “emblemático” de la revolución ciudadana de los últimos 10 años. El año pasado lo hice para relievar el anuncio del entonces Presidente Correa cuando prácticamente llegaba una inversión millonaria que proponía la instalación de una factoría de vehículos accionados a electricidad, lo que marcaba un escalón técnico interesante en el desarrollo automotriz del Ecuador y que, al mismo tiempo, iniciaba un proceso de solución a los graves problemas de contaminación ambiental que ya son agobiantes.

Después hubo un desaguisado irreverente cuando se supo de la existencia de decanos y profesores que timbraban sueldos “cataríes” y ni siquiera asomaban con sus narices ante los extrañados alumnos, pues vivían a años luz y cobraban otras mesadas más interesantes. Mientras el rector los buscaba con palo de romero para decirles muchas gracias y basta. Hubo recortes muy justos.

En estas circunstancias me fue dado y obligado visitar el proyecto y la decepción fue superlativa. Sin vías, con senderos polvorientos, sin obras sanitarias, a lo lejos se divisaba lo que era Yachay EP, la dueña del proyecto y de los recursos, y junto a las construcciones de la vieja hacienda se habían iniciado unas pocas aulas para un casi millar de alumnos, muchos de ellos recibiendo clases en los exteriores y hasta en la antigua Capilla familiar. Sobre laboratorios el asunto era deprimente, los pocos existentes sin seguridades mínimas y carentes de una dotación suficiente de reactivos. No se divisó un solo laboratorio de investigación (?) en Yachay Tech.

Por allá muchas y varias edificaciones en construcción con estudios dudosos y amenazando inclinarse: lo emblemático devenido en fantasmagórico.

Ojalá el presidente Moreno y el secretario de la Senescyt, a más de establecer posibles responsabilidades, le confieran impulso a un proyecto que no puede quedarse en el camino o en el Limbo. Atrás deben quedar los multicolores lentecitos y las trencitas.