¡Qué decepción!

GUSTAVO BORJA BORJA

Como Santodomingueño da pena ver como decisiones de carácter administrativo para el cantón ocasionan una multiplicación de problemas desde ser noticia nacional a nivel de medios televisivos hasta generar actividad económica clandestina generando desconcierto en la población local y más bien aumentando el descontento de la gestión, esto para cualquier administrador, gerente o como usted lo quiera llamar no es aceptable por lo que la evaluación para los administradores del cantón debe ser permanente por parte de la ciudadanía y no esperar cinco años prácticamente para respaldar o rechazar la gestión de un Cantón de tanta trascendencia nacional en el contexto geopolítico del Ecuador.

Este es un primer paso para consolidar una respuesta ciudadana y de allí en adelantes analizar las decisiones especificas es un tema de resolver problemas del Cantón y el tema de reubicación de la actividad rosada es una decisión adecuada siempre y cuando cumpla con un procedimiento técnico, legal y de concepto integral de un proyecto de ciudad y que no solo sea un problema aislado que se quiera resolver, previo a esto la técnica recomienda hacer un análisis con todos los involucrados y establecer acciones inmediatas, acciones de corto, mediano y largo plazo para que la decisión administrativa que se tome no tenga este espectáculo folclórico que estamos viviendo en donde todo mundo opina a veces sin tener ni el conocimiento ni la razón sino simplemente por revanchismo político o porque simplemente las redes sociales aguanta todo.

Dentro del enfoque que se realice al problema identificado, se debe establecer un análisis de entorno en donde se pueda determinar cuáles son los efectos y a quienes pude afectar cualquier decisión de gestión pública, por eso sigo insistiendo que la administración de este Cantón tan importante en el contexto nacional se debe encargar a un personaje que cumpla con requisitos básicos de formación académica para que direccione y resuelva problemas en forma adecuada y técnica, no solo es decir quiero o soy político, porque el ser político tiene una responsabilidad mucho más que la de cualquier profesión, porque el político es responsable de toda la población de un espacio territorial y la suerte de su mejoramiento de calidad de vida está en función de una decisión política.

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