Otavalo.
Desde las 18:00, mientras los artesanos de la Plaza de Ponchos levantan sus mercaderías, otras personas llegan a ubicarse en este mismo sitio para realizar la venta de comidas tradicionales. Son el grupo de mujeres emprendedoras que a través de esta actividad han logrado mejorar los ingresos económicos de sus familias. La atención al público es de lunes a domingo hasta la medianoche y existe una variedad de platos para todos los gustos.
Entre las comidas que se puede encontrar están las empanadas con colada morada, morocho, papas con menudo, café con humitas, pinchos, mote con queso, tortillas con carne colorada, el chaulafán otavaleño y otros platos más. El grupo está bien organizado, cada uno de los puestos tiene su propia carpa para protegerse del frío y la lluvia.
Antecedentes
Hace aproximadamente 30 años en este sitio tres personas se iniciaron vendiendo sus comidas, entre las cuales se encontraba el mote de la chiquilla, nombre con el cual se le conoce a este lugar. Con el pasar del tiempo el número de vendedoras aumentó, es así como deciden organizarse como una red gastronómica para luego constituirse jurídicamente y formar la asociación gastronómica “El Buen Sabor”.
Necesidades
Rosario Juma, presidenta de esta asociación, manifestó que hace nueve años se encuentran laborando en este sector de forma legal y con todos los permisos correspondientes. “Hemos recibido capacitaciones por parte del Municipio para una buena manipulación de los alimentos y también con la finalidad de mejorar la atención al cliente. Lo que se está pidiendo a través de la Dirección de Turismo es la ayuda con vallas publicitarias, para la promoción de nuestra gastronomía; otra de las necesidades que tenemos es la falta de baterías sanitarias, porque vienen turistas a visitarnos y no disponemos de este servicio básico”, afirmó Juma.
Emprendimiento
Según la Presidenta asegura que esta es una forma de emprendimiento, porque la mayoría de mujeres son amas de casa y esta actividad les ha servido para aportar en la educación y alimentación de sus hijos. “Cada una de nosotras vendemos distintos platos, por mi parte preparo el morocho, colada morada y café con humitas, para esto me ayudan mis hijos en la preparación especialmente con el choclo desgranado y molido”, comentó la dirigente.
Por su parte Marcela Cumbal, se dedica a esta actividad por herencia de su madre, quien le enseñó a preparar uno de los platos tradicionales como es las papas con cuero, dijo: “desde muy niña aprendí a trabajar en esto porque le acompañaba a mi madre a vender en diferentes lugares, hasta que nos pudimos organizar con otras personas y formar la red de gastronomía, a la misma que nos ubicaron en este sitio para no ser vendedores ambulantes”. (PMHR)