La hora de la verdad

La prolongada disputa por el control del poder dentro de las filas del ‘aliancismo’ acaba de recrudecerse con el anuncio de Correa de su regreso al país y la áspera y contundente respuesta del presidente Lenín Moreno desde el balcón de Carondelet con Gustavo Larrea, líder del naciente movimiento político ‘Democracia Sí’, a su derecha. El desafío correísta fue aceptado y ya no hay espacio para la indecisión.

La figura y la actuación del presidente Moreno, los encuentros y desencuentros sobre su manera de hacer política y gobernar produjeron dentro de su partido una facción rival del correísmo duro que, sin lugar a dudas, ha trabajado por desestabilizar su régimen. La Asamblea Nacional ha sido el escenario de ese proceso de entorpecimiento y boicoteo incesante de cada una de sus actuaciones.

Es en realidad grotesco que los correístas quieran realizar en Esmeraldas una convención de sus fieles dentro de Alianza PAIS teniendo a la vista la refinería, un sombrío, infortunado y descarado monumento de la corrupción de cuando eran gobierno. El temor a algo más que un desaire a su líder les ha hecho elegir un escenario que, eufemísticamente, pudiera explotarles en la cara.

La suerte está echada, como dijo el emperador romano Julio César. En la bancada parlamentaria y la militancia de Alianza PAIS ya no hay espacio para las ‘medias tintas’. Los que siempre comieron ‘en la misma mesa’ de Correa, y los que lo hicieron ‘bajo la mesa’ y solo recibieron migajas, se ven abocados a no solo definirse políticamente, sino a actuar en consecuencia. Esta es la hora de la verdad.


Si la obediencia es el resultado del instinto de las muchedumbres, el motín es el de su reflexión”. Napoleón Bonaparte Emperador francés. (1769-1821)

La obediencia simula subordinación, lo mismo que el miedo a la policía simula honradez”. George Bernard Shaw Escritor irlandés (1856-1950)