Se fue un grande de la educación bilingue

POR: Oswaldo Echeverría

Junto a Raúl Cevallos hacemos un homenaje póstumo a nuestro querido amigo, Luis Alberto De La Torre, quien “se nos adelantó” como dice el adagio popular. Nos duele, se nos pone rígida la garganta y tragamos la saliva con el dolor de la partida de un amigo que, en verdad, no asimilamos su partida.

Se fue hacia el inframundo como él solía decir, allá donde la Pachamama le cobijará en su seno y en su luminiscencia seguramente se tomarán de las manos con Anita, su compañera, ser extraordinario que encontró sentido a su vida, con quien irradió tres retoños.

En la trayectoria de los anhelos y las pretensiones académicas, como “un adelantado” que fue, tuvo el acierto de soñar con la creación de la Educación Bilingüe en Ecuador en 1985 y junto a la GTZ, entidad cooperante de Alemania, preconizó el uso de la lengua materna en el aula. Allí, institucionalizó la preciada educación para 14 nacionalidades indígenas en el Ecuador.

Como director de la PEBI/GTZ y en convenios con el Ministerio de Educación y la Universidad de Cuenca en 1991, dio inicio a la formación de lingüistas andinos y amazónicos con varias promociones para fortalecer el uso de las lenguas indígenas y mediante la ruptura del status quo, las lenguas arcaicas lograron ingresar en el mundo del conocimiento. La planificación lingüística por vez primera tenia como representante trascendente a las lenguas, entonces Luis de la Torre tuvo el acierto de engendrar la producción como nunca antes de investigaciones y textos tales como: la colección de la serie Kawsayninchikpak; la serie pedagógica de 50 ejemplares titulada “pueblos, indígenas y educación; Experiencias de educación en América Latina entres otras obras.

Con su partida, deja un vacío en el corazón y deja un vacío académico, adiós querido amigo, hasta siempre.