Profesor Alfonso Martínez de la Vega

‘Leyendas Imbabureñas’ es la obra más conocida de Alfonso Martínez de la Vega, siempre mencionado con el antecedente de “profesor”, que refleja más que un título una profunda vocación de maestro.

Leyendas de aparecidos en San Juan Calle, de la Cruz Verde, de espantos vividos en Urcuquí, Pimampiro, las brujas voladoras, todas ellas leyendas a veces mezcladas con historia, como el autor comenta, han alimentado nuestro sentido de pertenencia al lugar natal.

Permanente investigador de historia y leyendas, dedicó ocho años, los últimos de su vida, a investigar y escribir la historia de las calles de Ibarra, publicadas en el libro ‘Biomonografía de las calles y plazas de la ciudad de Ibarra’.

Consciente o inconscientemente, se insertan en nuestra mente numerosos nombres que nos suenan familiares: Oviedo, Borrero, Sánchez y Cifuentes, Juana Atabalipa, y tantos otros, personajes a los cuales difícilmente conoceríamos de no ser por la suerte para Ibarra de contar con esta obra.

Pocas cosas nos llevan a identificar el porqué y el cómo del desarrollo de una ciudad como conocer la memoria encerrada en los nombres que cada administración ha decidido honrar al identificar una calle. Las calles que componían el trazado de Ibarra hasta 1990 tienen la suerte de haber sido incluidas en esta investigación.

Manuel de la Chica Narváez es tal vez el nombre de calle más antiguo, según explica el autor, pues al ser uno de los mayores benefactores de la antigua Villa de Ibarra, su nombre ya se había adjudicado a una calle antes del terremoto y se lo conservó luego de la reconstrucción. Miguel Oviedo, Francisco Calderón, Cristóbal de Troya, Sánchez y Cifuentes, son entre otros personajes también anteriores al terremoto, y por diversos motivos, unidos inseparablemente a nuestra historia. Como también nos hace vivir la historia de la reconstrucción el conocer a Mariano Acosta, Teodoro Gómez de la Torre, José Domingo Albuja, Elías Liborio Madera y muchos otros más.

Historias más recientes las encontramos al buscar calles de más actual apertura, como Tobías Mena, Olimpia Gudiño, Abelardo Morán, Zenón Villacís. Nombres de influencia nacional como Pedro Vicente Maldonado, Bolívar, Pedro Moncayo, nos sumergen en la historia ecuatoriana.

Historias todas escritas con un lenguaje ameno, familiar, pedagógico, muy propio del Prof. Martínez de la Vega, son un aporte inapreciable para alimentar la autoestima del ibarreño.

La publicación no tuvo la suerte de ser difundida como se merecía. Ante el inminente deceso del autor, sus hijos procuraron una edición que se publicó post mortem, y cuyos ejemplares apenas se los puede encontrar hoy en algunas bibliotecas, como las de la Universidad Técnica, o del Ministerio de Cultura. Su lectura es más que recomendable.