Ibarra.
Cada 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down. Lo que se busca con este día es aumentar la conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, la valía, demostrar las valiosas contribuciones de las personas con Síndrome de Down, además de su autonomía e independencia individual, en particular en la toma de decisiones.
En la actualidad, constituyen la primera generación que ha podido llevar a cabo, de forma generalizada, una vida más autónoma en todos los ámbitos: escolar, laboral, social… sin embargo para poder avanzar en ello, estas personas deben ser incluidas en la sociedad como cualquier otra persona desde su niñez, convivir y desarrollarse oportunamente.
En Ibarra existe un Instituto de Educación Especial, en donde las personas con esta condición pueden estar hasta los 22 años de edad, educándose y preparándose para integrarse a la sociedad normalmente, obviamente con el apoyo de los padres y profesionales.
Para reconocer el valor de estas personas, ayer en el Instituto de Educación Especial de Ibarra se realizó un programa en conmemoración de este día.
El inicio del programa se dio por parte del Grupo El Maná, con el taller de Escuela para Padres, que busca que los progenitores tengan una guía especial de cómo cuidar y hacer que se desenvuelvan normalmente sus hijos. Posterior se realizó presentaciones artísticas por parte de los docentes de la institución.
Enseñanza
De acuerdo a docentes del instituto, las personas con Síndrome de Down tienen características físicas, psicológicas, evolutivas y procesos de aprendizajes propios y distintos. Por ello, en la institución los 32 niños que presentan esta condición reciben una educación especializada.
Gladys Sosa, rectora (e) del instituto, manifestó que, para la educación de los niños, este centro realiza adaptaciones curriculares a la malla nacional.
Asegura que cada niño es un mundo aparte, pues no todos aprenden de la misma manera que el resto de niños que reciben la educación regular.
“Como docentes primero necesitamos amor y vocación a lo que es la educación especializada, además de preparación en psicología educativa. La mayoría de nuestros docentes son psicólogos educativos”, subrayó.
Además, mencionó que los padres no deben tener miedo de mandar a sus hijos con Síndrome de Down a la escuela, puesto que esto ayudará a un mejor desarrollo para los niños. “En nuestra institución los niños se sienten como en casa, acogidos, son líderes, son tratados como debe ser”.
Por otro lado, la docente Sonia Maldonado sostuvo que trabajar con estos niños ha sido la mejor experiencia que ha tenido en su vida como docente. “Hay que tener paciencia, carisma, cariño, para hacerlo sobre todo porque los niños te dan un amor que no se pueden imaginar”.
Con estos procesos de enseñanza, los niños con Síndrome Down tienen la oportunidad de integrarse mejor a la familia, a la sociedad y a la demanda laboral.
Según aseguran varias docentes que han trabajado con niños con Síndrome de Down, estas personas son el pararrayos del estrés fatal que sufren en las oficinas. Ellos suavizan la vida y le dan la profundidad de afecto y alegría. (FCDL)
CARAS
“El amor que nos dan es inexplicable, eso y su forma de ser son lo que nos hace seguir adelante como docentes de educación especializada”.
Rosario Poso – Terapeuta Ocupacional
“Hay que seguir adelante planteando un mundo diferente en el cual la aceptación, la inclusión de los niños sea una verdadero proceso”.
Gladys Sosa – Rectora (e) del instituto
“Debemos llegar a la conciencia de la gente y decirles que el Síndrome de Down no es una enfermedad sino que es una condición, y esto les da un toque especial a estos niños”.
Marcelo Valverde – Grupo El Maná
“Trabajar con estos niños hermosos ha sido una de las mejores experiencias que he tenido a lo largo de mi carrera como docente”.
Sonia Maldonado – Docente del instituto