Lo más normal

POR: Ruby Estévez

De la existencia son los problemas; nuestros mayores decían que la carga más pesada de la vida es no tener nada que cargar. Los momentos de dificultad son a diario, son lo más normal de la existencia, siempre hay algo por resolver, por comenzar, por terminar o algo que arreglar. Todos ellos dan significado a la vida, si no tenemos obstáculos, dificultades, todas nuestras posibilidades se reducirían a cero, perderíamos la creatividad para hacer bien o mejor, así como el deseo de luchar por un sueño.

De la inmensa gama de problemas, unos pocos ejemplos para reflexionar: el problema de la ignorancia da significado a la educación; los problemas sociales, al gobierno; un problema en los estudios, hogar, da significado para volver a comenzar con una propuesta distinta para bien. Los problemas están en todas las etapas de lo humano y en el saber superarlas está la medida de la madurez y capacidad; cierto es que a todos nos cuesta comprender y por eso luchamos todos los días, pero la mayoría de las veces lo hacemos sin ilusión, esperanza y alegría, solo por el deseo de quitarse un peso de encima cuando debería ser una oportunidad para crecer reflexionando que si queremos tener un arco iris debemos primero soportar la lluvia.

Las personas que tienen éxito, que triunfan, son las que transforman los grandes escollos en pequeñas piedras sobre las cuales pisar para cruzar los ríos; saben escoger, determinar las mejores actitudes frente a cada circunstancia. Los problemas nos detienen temporalmente, nosotros somos los que tenemos que actuar permanentemente, si no hacemos nada por el problema, no es mi problema, esa indiferencia trae más tarde consecuencias nefastas porque nadie está dispuesto a poner sobre sus hombros una carga que no le pertenece o simplemente se quedan esperando que alguien venga con una solución o que se convierta en emergencia para recién actuar.

La vida no está exenta de problemas, nadie podemos escapar, lo ideal, ante ellos, es una buena actitud, resolverlos al nivel más bajo posible con la cabeza fría, buscando los mejores recursos con entusiasmo, con pensamientos positivos sin echarle la culpa a nadie como el camino más fácil; un sólido plan de acción donde no ataquemos solo los síntomas sino la verdadera causa con inteligencia y paciencia.