No hace falta dinero para adquirir productos en Pimampiro

Trueque. Wilson Cabrera fue uno de los primeros en llegar con aguacates y granadillas para cambiar con  diversos productos de otras zonas.
Trueque. Wilson Cabrera fue uno de los primeros en llegar con aguacates y granadillas para cambiar con diversos productos de otras zonas.

PIMAMPIRO.

Como Alexandra, Wilson, Pablo, Yolanda, Campo y Myriam, miles llegaron a Pimampiro, donde un centenar de carpas los esperaban para cubrirlos del sol y calmar el cansancio del peculiar viaje en camión y en medio de costales llenos de una variedad única de productos.

El destino es el mismo, participar del tradicional trueque que los Pimampiros o Chapís lo practicaban desde hace más de 150 años, según las investigaciones antropológicas, sociales e históricas que sirvieron de sustento para que el Ministerio de Cultura, el 27 de diciembre, declare a esta actividad como Patrimonio Cultural Inmaterial, luego de una investigación realizada por el Instituto de Altos Estudios de la Universidad Técnica del Norte (UTN).

Las mujeres, hombres, niños y adolescente que acompañan a sus padres no saben de historia, cultura ni matemáticas, pero sí entienden que en este lugar y en esta fecha se encuentra una gama de productos de distintos climas y cultivados con manos inteligentes de indígenas, mestizos y negros.

En este lugar, de formidable clima, las diferencias étnicas se superan el momento que empieza el truque. La felicidad de quienes llegan, de varios pueblos de la parte sur de Colombia, con papas, habas, coles, zambos, mellocos y arvejas fijan sus ojos en las amarillas papayas, ovos, cañas, plátanos seda, plátano manzano, manzanas, mandarina aguacate, hierbas aromáticas, tuna, durazno, naranja, limón, taxos, mora, granadilla, mandarina, pepino (…) que se producen en Pimampiro.

De las parroquias Marino Acosta, Chugá, San Francisco y des las comunidades rurales traen además quínoa, fréjol, cebada, trigo, maíz suave, cebolla paiteña, cebolla larga, tomate riñón, tomate de árbol, remolacha, zapallo, lechuga, habas, papas, entre otros productos.

Esta vez las emociones y optimismo, por llevar los productos para la preparación de la fanesca del próximo Jueves y Viernes Santo, rompieron el tiempo establecido por la municipalidad que anunció el inicio a las 14:00, esto se debe a que es una actividad que se desarrolla por sí sola, las autoridades pasan a segundo plano y se convierten en meros espectadores. Los visitantes se adelantaron y sorprendieron a quienes instalaban las carpas para cubrirlos del ardiente sol. A las 09:00 llegaron los primeros vehículos cargados de productos y familias enteras.

Testimonios de alegría y satisfacción

Alexandra Lozano, comerciante de Caldera, llegó con un costal de aguacates, limones, cebolla paiteña y ají: “Es la primera vez que vengo y me parece divertido. Me siento feliz, porque en solo dos horas he terminado mis productos y me voy llevando cuatro costales entre papas, zambo, mellocos, habas, fréjol, choclo y repollo, solo me falta el pescado, queso y otras cositas más para hacer una rica fanesca para mi familia”.

Yolanda Criollo, agricultora del corregimiento La Victoria, Nariño, Colombia, cuenta que desde el jueves dejó listos un quintal de papas, de habas, ocas y alverja, para hacer el viaje de tres horas hasta llegar a Pimampiro. “Mantengo esta costumbre de visitar este hermoso cantón, de gente muy amable, desde hace más de ocho años. Estoy agradecida porque nos han recibido bien, todo está en orden”.

Myriam Carvajal, jornalera en la agricultura de Pimampiro, muy activa se alcanza para realizar el trueque con varias personas que hacen un círculo pidiendo aguacates, ovos, mangos, plátanos y limones, junto a su madre que vive en el sector de Ambuquí, empezaron el intercambio a las 11:00 y a las 15:00 habían terminado con todo. Los costales de sus productos se llenaron con mellocos, habas, papas, zambo, col, arvejas, que producen las familias colombianas.

Campo Elías Tobar, agricultor de la comunidad de Yuquín, con felicidad dice que regresará a su pueblo con frutas del valle y la parte alta de Pimampiro. Tengo 60 años y he venido al trueque desde que tenía 10, esta es una tradición que no debe desaparecer. Como pimampireño hago la invitación para que en los próximos años vengan a vivir esta grata experiencia. Las puertas están abiertas para todos.

Investigadores y gestores del proyecto

A Marcelo Gómez, director del Instituto de Altos Estudios de la UTN, lo encontramos en medio de miles de personas activas en el trueque. Con emoción expresa que “valió la pena el esfuerzo hecho por docentes, alumnos, de este centro de estudios para hacer la investigación, así como el Ministerio de Cultura, el Municipio de Pimampiro, el Instituto de Patrimonio Cultural y la Superintendencia de Control de Mercado”.

Asegura que en unos dos meses más se publicará un libro sobre este hecho que tiene dimensiones histórica, antropológicas y culturalmente ejemplar actividad que se desarrolla en el cantón que vuelve la mirada a su identidad como legado de sus antepasados. (CHRW)

VOCES

Pablo Delgado, comunidad El Juncal:

“Que nunca se pierda esta tradición emocionante, donde el dinero no cuenta sino nuestro esfuerzo que se pone para cultivar los productos”.

Alexandra Lazcano, productora de Caldera:

“Es la primera vez que vengo y les contaré a mis hijos para que nunca dejen de visitar el trueque, porque me voy feliz”.

Yolanda Criollo, agricultora de Nariño, Colombia:

“Llegue a las 08:00 y en tres horas he cambiado todos mis productos. Regreso a mi tierra y volveré el próximo año. Gracias Pimampiro por acogernos”.

José Cheverría, antropólogo del Instituto de Altos Estudios de la UTN:

“Es una grata impresión ser testigo de este hecho cultural e histórico que lo investigamos y lo hemos actualizado de acuerdo a las circunstancias sociales”.

Myriam Carvajal, jornalera:

“Somos orgullosas de nuestro pueblo que produce todo lo que se siembra con esfuerzo diario. Tenemos mucha comida para nuestras familias”.

MONEDA. Por este día, el dinero desapareció de sus manos. Nadie lo necesitó para obtener los productos que querían en abundancia.
MONEDA. Por este día, el dinero desapareció de sus manos. Nadie lo necesitó para obtener los productos que querían en abundancia.