Invertir en el Centro Histórico de Ibarra

POR: Jorge Madera Castillo

Ibarra también siguió la tendencia de salir de los centros históricos para instalarse y desarrollar las periferias. Luego vino la corriente de la recuperación patrimonial en Quito y Cuenca especialmente, dando un quiebre a la tendencia anterior para rescatar y valorizar sus centros históricos; consiguieron las declaraciones de Patrimonio Cultural de la Humanidad; hoy son su principal atractivo turístico. Riobamba les sigue, y ahora vamos con Ibarra. La Fundación Pedro Moncayo y la Junta de Rescate Patrimonial promueven la transformación y a partir de este año se espera contar con los tres instrumentos indispensables: a) Una ordenanza; b) Un Plan de Gestión Patrimonial que contendrá programas y proyectos de corto, mediano y largo plazo, al cual deberán plegar las administraciones municipales de turno; c) Una dependencia municipal remozada y fortalecida para la gestión del Patrimonio material e inmaterial. Viene entonces la tarea de buscar recursos.

La tendencia ha iniciado: El CATI ha adquirido una casona e invierte en la restauración. La UTN se ha lucido recuperando el antiguo Hospital San Vicente de Paúl, y ahora ha adquirido el antiguo convento de las monjas Carmelitas para uso académico. ¡Aplausos!

Ya contamos con el hermoso Centro Cultural El Cuartel y con la Casa de la Ibarreñidad (Casa Ayala). Se espera que la Curia continúe con la restauración de sus iglesias. Será posible la recuperación de la vieja casona del ex Teodoro Gómez y el torreón, una vez que pase a propiedad municipal y estructure un proyecto para buscar financiamiento. Han arrancado varios esfuerzos privados importantes, dignos de aplauso y otros ya están trabajando en sus proyectos. Entendemos que la Mutualista Imbabura iniciaría nuevos proyectos de vivienda. La compra y venta de casas y sitios en el centro empieza a moverse. Todas son señales reales y positivas que invitan al sector privado a invertir con entusiasmo. Sin embargo la sola restauración física no es suficiente. Sobre este enclave histórico debemos montar todo un modelo de dinámica económica y social basado en la denominada “industria cultural”: la creatividad y todas las manifestaciones históricas y culturales puestas en valor, generando ingresos para sus creadores, promotores y para el turismo.

Tendremos el producto turístico más potente de la región como lo es, por ejemplo, el Centro Histórico de Cuenca para la región austral. La inversión privada suele reaccionar muy rápido ante las señales del sector público. Corresponde a la municipalidad cuanto antes promocionar los mencionados instrumentos y dar sus primeros pasos: poner dinámica cultural de calidad durante todos los días de la semana, hasta altas horas de la noche y generar el tráfico de personas que los negocios necesitan. Un principio básico: el empresario se instala y prospera donde hay tráfico de clientes; no en sitios lúgubres y deteriorados.