¿CREE EN EL ARREPENTIMINTO DEL DIABLO?

Mario García Gallegos

No es mi intensión meterme en honduras teológicas porque es materia compleja para un común mortal. Voy más bien a tomar la ruta sencilla que utiliza el pueblo cuando se refiere a este personaje tenebroso que vive en la mente del ser humano.

Sabemos que el diablo es el equivalente contrario del bien; representa la maldad suprema, la crueldad, la mentira, la codicia y la impudicia. Sabemos que este ser influye en el hombre y lo atrae hacia reino de la corrupción, a la práctica del odio y el delito.

Durante el gobierno de los corruptos, se practicó a raja tabla el breviario de Montecristi, terrible entramado ideológico destinado a sustentar el poder brutal de un sistema presidencial totalitario, con candados aparentemente indestructibles para perpetuarse en el mando, en igual forma de aquellos que rigen en las llamadas democracias socialistas del siglo XXI que desangran a los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El drama que estamos viendo parece una pesadilla. Era impensable que dentro del verde redil, haya existido una parte buena, digna de ser rescatada,

La soledad del Presidente es visible e inquietante. A su alrededor pululan los transformes que apenas ayer hipotecaron su alma al correismo, hoy convertidos demócratas confesos y hasta pluralistas. El equipo presidencial es inconfiable; lo valioso proviene de sectores que hace poco eran maldecidos en las sabatinas del tirano egocentrista. En la línea de sucesión presidencial existe una amenaza de ultra izquierda, (la democracia pende de un hilo). La Asamblea es un íncubo multicéfalo impredecible; la burocracia repleta de disfrazados energúmenos pesa gravemente en el erario: lo único fiable es el CPCCS-T que trabaja en la reinstitucionalización del Ecuador y en la guerra a muerte a la corrupción con la ayuda inestimable del Fiscal.