Infiltración

Una de las características del régimen correista de AP y el socialismo del S. XXI, indiscutiblemente es, la implementación de un estado policiaco, que ejerce el papel de fuerza de choque contra cualquier situación, persona, organización, comunidad, comunicación – información, acción, probablemente en contradicción con la hegemonía impuesta.

Muchos ejemplos de la presencia de este tipo de régimen existen; realiza su acción, no sólo contra los elementos citados, sino de principio, contra toda idea contrapuesta.

El Estado de Propaganda es parte de la estructura del régimen policial y fascista implementado; para el efecto, utiliza todas las herramientas a su alcance, desde personajes construidos en sus propios espacios, hasta aquellos representantes de sangre que defienden. Estructuran discursos de tal elocuencia y pragmatismo, tendido como una red de trampas dispuesta a capturar o destruir, como dirían ellos, a cualquier elemento hostil.

Este régimen, actúa sobre la estructura social y orgánica e institucional, pero también ejerce su represión manifiesta o no, desde dentro de ella. El mecanismo y herramienta que utilizan comunmente es la infiltración material; pero, también disponen a sus elementos adiestrados y adoctrinados, en el papel de intelectuales orientados a generar un espejismo acerca de la realidad que se pretende esconder.

El estado gendarme y de propaganda tiende a exaltar y exagerar las situaciones en su conveniencia; no existe ninguna idea anterior que valga, pero citan frases de constructores ideológicos históricos y contemporáneos, arrancándoles el espíritu para simular el suyo propio.

La infiltración, el régimen policial y el estado de propaganda existe, y actualmente es mucho más especializado. El “continuismo”, pretende mantener el status quo.