¿Cómo los gobiernos locales promueven el desarrollo económico?

POR: Jorge Madera Castillo

El mayor azote de nuestros países es la pobreza y el desempleo. La mejor política social con largo, es el empleo. Los procesos de descentralización tratan de acercar la administración del Estado a los ciudadanos. Los GAD Provinciales y Municipales han empezado a asumir algunas competencias que les entrega el Estado. Hoy no se puede concebir el desarrollo económico local sin su protagonismo. Deben incorporar en sus planes de gobierno, fuertes componentes de promoción y desarrollo de actividades productivas, de lo contrario, se van quedando en la era de la sola generación de obra pública, mucha de ella clientelar. Así, en la lucha contra la pobreza y en la generación de empleo, la política pública local y la manera cómo el Estado lo propicia, resulta fundamental a la hora de generar climas favorables para la implantación de negocios. Más de 500 graduados que salen de las universidades de la región cada año y la cantidad de trabajadores desocupados, deben tener oportunidades.

Cuando un gobierno local no es capaz de interiorizar que el verdadero problema de una población es la pobreza; cuando su cabeza y el cuerpo colegiado al que dirige no dedican esfuerzos por construir políticas públicas en favor del desarrollo de los sectores productivos; cuando en el presupuesto no se destina dinero para obras para localización de las iniciativas empresariales; cuando lo único que tiene una provincia o una ciudad es su paisaje para mostrar al turista y no se destina recursos para dar valor agregado; y cuando a cambio de todo esto se dedican únicamente al clientelismo, la ingobernabilidad les pasa la factura tarde o temprano.

Hay muchos instrumentos que deben ser utilizados por un gobierno local en favor de crear climas de negocios adecuados en las localidades: la generación de ordenanzas que traigan estímulos de tasas e impuestos a la instalación de empresas o industrias en la localidad; el asociativismo municipal para sacar adelante proyectos regionales; asociaciones público – privadas para diferentes tipos de proyectos; el acompañamiento y auspicio de los primeros personeros provinciales y municipales en importantes iniciativas empresariales, en ferias de la producción, en el fortalecimiento de los gremios de la producción, en las misiones de negocios, en la promoción de la provincia y de la zona; la consecución de fondos de los organismos internacionales de apoyo, entre otras. Es hora de evitar la obra populista de relumbrón que pretende cosechar votos. La región y sus habitantes necesitamos visiones diferentes y soluciones que apunten a solucionar problemas del estómago y a impulsar una cultura orientada a la generación de riqueza para todos, especialmente oportunidades para los menos favorecidos.

¿Por qué en otros pueblos lo han podido hacer, y nosotros no?