Desmoralización y resistencia

VICTOR HUGO PORTOCARRERO DE LA TORRE

Una situación de crisis, donde a pesar de los esfuerzos realizados, no se han podido resolver aquellos elementos problemáticos que provocan estancamiento, y hasta atraso, es sin duda, un momento que materialmente, puede llevar a un proceso sicológico, mental o espiritual de perdida del valor y la moral, y con ello de la esperanza.

Se presenta, cuando las condiciones de desarrollo-explotación no pueden ser mantenidas y las acciones dispuestas e implementadas para sostenerla y resolverla ya no son suficientes ,y no se cuentan con los elementos y las herramientas para hacerlo. Cuando los explotadores no pueden seguir explotando más, sin encontrar una dura resistencia.

La dialéctica, en tal medida orienta hacia dos posibles salidas: Permitirse la derrota hasta el grado en que la vorágine del poder elimine por completo cualquier resistencia; o por otra parte la acción defensiva, no se oriente a intentar satisfacer las demandas del poder, sino por el contrario, éste sea removido, y con ello sus aspiraciones y requerimientos, individuales y de grupo.

En la primera opción la salida requiere una condición de desmoralización tal, que elimine todo rezago de resistencia. Es decir, que la población haya perdido la dignidad y con ella la esperanza, por lo que aceptará cualquier acción dispuesta para que el poder constituido continué.

En el ejercicio pleno del esclavo, significaría que, el esclavo estaría convencido que la única manera de sobrevivir es apoyar al patrón esclavista, que es el señor dador de vida.

En la segunda opción, la condición requiere una posición de dignidad que lleve la acción defensiva de resistencia a una mayor de transformación, retirando, o dando fin al poder constituido, y a su continuidad, en cualquiera de sus representaciones.