Del breviario brutal del extremismo

Mario García Gallegos

Existen acciones y palabras que estremecen las fibras del corazón humano; algunas de ellas positivas, que dejan huellas y lección que nos impele a meditar profundamente, e incluso hasta cambiar el rumbo de la existencia por nuevos caminos de comprensión y de humanismo.

Un compañero de la adolescencia, que por limitaciones económicas no concluyó su educación secundaria, tuvo que desempeñar variados oficios para subsistir; un día decidió abandonarlo todo y dedicarse a su pasión esencial, la lectura de grandes obras, de las que extrajo también grandes lecciones; descubrió que tenía la misión de compartirlas editando colecciones de pensamientos y frases que resumieran toda la sabiduría humana y se constituyan en una eficaz vacuna contra todos los errores. Su noble propósito fue devorado por el tiempo y la crudeza inexorable de la realidad. El continúa con sus sueños en medio de la pobreza y el olvido.

Otros en cambio, reciben a raudales los dones de la vida sin ningún merecimiento. Las circunstancias los ubican en el momento preciso para embarcarse en el navío de la feliz aventura: de estos podríamos citar muchos ejemplos.

La actividad política convertida en profesión, ha producido fenómenos de variada etiología; ha sido desgraciadamente en algunos casos, la incubadora de monstruosos engendros sedientos de poder ilimitado, que después se convirtieron en azotes de la sociedad.

El breviario brutal del extremismo castrista, reprodujo en América los horrores de la utopía comunista sufridos por Europa en el siglo pasado. En nuestro país golpeado por la corrupción revolucionaria, subsisten y escandalizan voces envilecidas que ensalzan sin recato las hazañas de la tiranía venezolana, la orgía de sangre en Nicaragua. Voces que alientan y suspiran por el amado prófugo que un día la encumbró a las alturas, sin lógica y mesura.