Organizaciones internacionales son inútiles

Mario García Gallegos

Con el pasar del tiempo, las organizaciones internacionales han ido perdiendo la fuerza, cohesión y eficacia que antes tenían, cuando era necesario obligar a cumplir a sus miembros con los propósitos inscritos en su acta constitutiva.

Las alianzas internacionales de naciones como: la OEA, la ONU, creadas para defender la autodeterminación de los pueblos, la integridad de sus territorios, el imperio de la justicia, de la libertar y la democracia, observaban con autoridad las actuaciones de los gobernantes y, cuando estos principios eran trasgredidos, esas entidades internacionales, con la gestión diplomática inicialmente, y luego, con severas advertencias, conminaban a los contraventores a enmendar su conducta, con pena de la imposición de sanciones que iban desde medidas económicas, el rompimiento de relaciones, hasta en determinados casos, con la directa intervención de la fuerza militar, que es el único lenguaje que entienden los tiranos.

Esa cohesión y firmeza, ha ido declinando, por la presión política de los pequeños Estados atrapados por las tendencias socialistoides, con el pretexto de la dominación de los imperios económicos, mirados, como impositivos con los países subdesarrollados.

Esta situación, ha propiciado últimamente el aparecimiento de caudillos populistas y corruptos que ejercen el poder con desprecio a los derechos y a la dignidad humana, cuyos ejemplos aberrantes están a la vista en el éxodo masivo y doloroso de la población de esos “paraísos” que huyen del hambre y la opresión política.

La actitud timorata de los dignatarios, ha convertido a esos organismos, en siglas inservibles, en armatostes que no quieren o no pueden actuar eficazmente. Recuerden que el penúltimo Secretario de la OEA Insulsa, haciendo honor a su apellido, fue el cómplice mayor de los autócratas americanos. No obstante, hay que hacer una salvedad con los entes defensores de los derechos humanos.