Germánico Solis

Germánico Solis

Deslumbramiento causaba mirar agrietarse la tierra, ante el peso del hierro del arado, la devota ligadura del labriego, empeñado en construir surcos que acogerían la semilla para la florescencia. Era avenencia para niños, adolescentes, jóvenes y adultos, mirar el vaho asomando en las trompas de los bueyes muy en la mañana, los mandos de los labradores, la presencia de decenas de garzas descubriendo alimento en los surcos frescos, mientras el sol dejando la soñolencia se endiosaba en medio cielo.

Era acaecimiento para los guambras de otros tiempos, visitar las cementeras cercanas a los poblados y pedir las cañas del maíz para saborearlas hasta el cansancio, apropiarse de algunas de ellas a falta de la generosidad del estanciero. Aventura era corretear chaquiñanes, aún a sabiendas de la reprimenda en los hogares, por arruinar pantalones y por las urgencias de frotar mentol en los remellones de rodillas y codos. Complacencia dulcificante del alma, huir el acoso de los perros y las sentencias de algún vecino guardoso que prohibía a las bocas dejar en bagazo las coquetas cañas.

Pasado el tiempo de choclos y la recolección de las mazorcas, cuando se habían olvidado los solsticios de la siembra, florecimiento y siega, la sarapanga era trasladaba hasta los terrenos adjuntos a los corrales y viviendas para formar las elevadas parvas, que no son otra cosa que el amontonamiento de las varas marchitas del maíz, destinadas al forraje del ganado y a veces como leña de los fogones.

El grano oriundo de América en tanto, utilizado en la elaboración de las sabrosas humitas, preparación de coladas, mote choclo, choclos asados, y como guarnición en comidas populares. El maíz maduro es preparado como tostado y harina para guisos que no empalagan, incluso, como elemento único para las afamada chicha, bebida apetecida en el campo y la ciudad. Larga es la lista que utiliza el morocho, canguil, chulpi y más variedades del maíz. Potaje es el maíz en todas las regiones ecuatorianas, gramínea apetecida en toda América y el mundo. Fiambre noble en los bolsillos de niños, orgullosos del inconfundible cereal que llena la barriga y mata el hambre.