A pies por la ciudad

Por: José Albuja Chaves

Aprovechando el encontrarme una mañana cualquiera al finalizar la avenida Mariano Acosta al sur de la ciudad, luego de dejar mi vehículo particular para una revisión de rutina en un taller automotriz de los tantos que abundan en la zona, esta vez en lugar de retornar a casa en taxi raudo de los que se deslizan como por jabón en su trayecto y van esquivando vehículos con gestos y palabras no publicables para llegar a destino, me propuse una caminata recreativa y oxigenante de retorno recorriendo las calles de mi ciudad.

En el trayecto de la Florida al Ejido sufrí más 20 tropezones y varias amenazas de caídas y resbalones, pues lo que se da por llamar aceras es una vergüenza llena de baches, materiales de toda condición, basura, oquedades, hierros retorcidos, ripio, arena, desniveles y ocupación de vehículos, carretas, tubería, artesanos pintores, metalmecánicos, talleres de motos, vulcanizadoras y más “adornos y facilidades” para el peatón,

Al centro de la avenida destacan rótulos portentosos que van a terminar solamente en El Obelisco y que compiten y esconden los llamados árboles “ornamentales” cargados de plagas y smog que da lástima.

El cruzar las calles en este trayecto es verdaderamente suicida además de anti higiénico por olores y basura en descomposición. Al iniciar la avenida en El Ejido un enorme rótulo anuncia las fiestas de Otavalo (?). En el Redondel de la Madre hay un rótulo que es atentatorio a la misma Ordenanza Municipal, pero colocado por el propio Municipio… Aquí cruzar a pies es una aventura. Más allá, en cruce con la avenida Jaime Rivadeneira se aprecia rótulos gigantes y árboles enfermos, gigantes y podados sin una técnica adecuada.

Ibarra es una ciudad muy peligrosa para el peatón, y más para los adultos. El cruce de la Mariano Acosta con la Vacas Galindo amerita persignarse primero, pues hay que evitar vehículos a cuatro vías, motocicletas, bicicletas, carretones, ventas ambulantes en carretillas y a veces hasta el Tren de la Libertad.

Que no pase a otro cristiano lo que a mí: el año pasado cruzando una esquina en La Merced, un adoquín en balancín causó esguince y fractura en mi tobillo dejando un grado de discapacidad para movilizarme por casi un mes. Ibarra, ciudad a la que se vuelve a caer?

¿Los señores concejales conocen la ciudad? ¿Saben lo que es ser peatón? No serán malitos: no se vayan a reelegir ! Todos.