Democracia y Statu quo

VÍCTOR HUGO PORTOCARRERO DE LA TORRE

Cuando la institución y su norma defiende el Statu quo, o en su defecto, los privilegios de una casta de “pudientes”, atentando contra la democracia, entendiendo como lo recoge un sinnúmero de acuerdos internacionales en el marco de las Naciones Unidas y otros organismos, que “la democracia, el desarrollo y el respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales son conceptos interdependientes que se refuerzan mutuamente; que la democracia se basa en la voluntad del pueblo, libremente expresada, de determinar su propio régimen político, económico, social y cultural, y en su plena participación en todos los aspectos de la vida” es hora de reiniciar el Estado y volverlo a configurar.

En el Ecuador son evidentes múltiples procesos tendientes a mantener los privilegios de las castas de la década perdida y de los procesos neoliberales que sangraron al pueblo y a la nación.

En tanto, en las esferas gubernamentales, se realizan eventos conmemorando en plena cúspide del despotismo, la sinvergüenzura y la corrupción, el “día de la democracia”.

La institucionalidad en el País, donde la estructura social, en términos de organización para la democracia, los derechos humanos y el desarrollo es casi inexistente, impide…, la participación de los individuos y las comunidades, en razón que su mutación esencial, niega el paso a la conquista de un mejor porvenir, a la participación y elección libre y democrática, encadenando la movilización social y enmudeciéndola.

La organización política corrupta se recicla e impide la participación popular, intentando en el manejo de un estado de propaganda impúdico ganarse por desmoralización la voluntad popular.

El statu quo, el CPCCS, la CNE, nos dan la posibilidad de participar democráticamente, sin participar.