RESTAURAR ES SUPERAR EL OLVIDO Y PROYECTARSE AL FUTURO

Mario García Gallegos

La verdadera muerte sucede cuando algo querido ha sido borrado del mapa por el polvo del olvido. Mientras eso no suceda todo seguirá vivo y vigente en la conciencia del ser humano como una cédula de eternidad.

En poso insondable de las eras y los tiempos, se encuentran vestigios y pruebas de este aserto que es reforzado luego, por las escuelas científicas y literarias de la historia, cuando los hechos de los hombres superan los límites del cuento y de los mitos, entonces son asumidos como verdades sustanciales que pueden seguir enriqueciéndose a la luz de nuevas investigaciones.

Aplicado lo dicho a los centros urbanos, adonde ha concurrido la tendencia gregaria de nuestra especie que busca protegerse mutuamente, nació el afán comunitario de levantar bajo normas elementales las aldeas y ciudades que han venido apareciendo en la faz del planeta.

En el telón del tiempo encontramos los vestigios graníticos de las civilizaciones que han traspasado los milenios, que nos hacen a cavilar sobre su grandeza que tan solo ha sido superada por el plus de la tecnología electrónica de apenas un siglo, es decir de una fracción infinitesimal de antigüedad.

Ibarra está cumpliendo 412 años de fundación española “con el nombre de un español” aunque a algunos les moleste y, 150 años de El Retorno, luego de su nueva refundación cuando surgió como una blanca magnolia a lucir su albura encalada que la protegía de las pestes.

Y aquí estamos los que amamos su cultura, su estructura arquitectónica y hasta sus imperfecciones físicas y sociales, esperando superarlas con un ejercicio de amor y de identidad, donde todos debemos concurrir con espíritu integrador pletórico de generosidad. ! Recuperar nuestra ciudad patrimonial es la consigna pero con la “VISON IBARRA 2030”!