Esmog

POR: Gustavo Andrade

Siete millones de personas mueren cada año en el mundo por respirar aire contaminado y nueve de cada diez respiran aire en malas condiciones. Estas cifras, que constan en el último informe publicado en el mes de mayo por la Organización Mundial de la Salud, generan alerta a nivel mundial. De la que los ibarreños no nos salvamos a pesar del informe esperanzador publicado en el año 2014 por el mismo organismo internacional, que establecía que la ciudad de Ibarra era la segunda ciudad con el aire más puro en Latinoamérica; pero han pasado algunos años y podemos evidenciar que el aire está contaminado. Esta aseveración es fácil comprobar al observar la cantidad de humo que emanan los buses obsoletos mientras circulan en la ciudad, el incremento descontrolado del parque automotor, la falta de protección y cuidado a espacios públicos como es el caso de la Loma de Guayabillas, que cumplen con la función de ser pulmones de la ciudad.

Para contribuir a solucionar esta problemática es momento de contar con un plan de movilidad sostenible, cuyo objetivo sea la disminución del uso del automóvil privado; y, el fomento de los transportes públicos o no motorizados. Este plan debe contar con una serie de buenas prácticas que inviten a generar un trabajo en conjunto entre la ciudadanía y la municipalidad, como: la implementación de trenes ligeros que con altos parámetros de eficiencia, seguridad y calidad en la atención a los usuarios, conecte a los cantones de la provincia de Imbabura; la disminución de velocidad en ciertas áreas urbanas, lo que posibilita reducir la cantidad de contaminantes emitidos y disminuir la siniestralidad; el fomento de la bicicleta como medio de transporte, para lo que se sugiere implementar ciclo rutas y un sistema de bicicleta pública; la peatonalización de ciertos sectores de la ciudad para rehabilitar el espacio público; y, el compartir la utilización del vehículo entre familiares y vecinos.

Estas acciones surtirán efecto siempre que se realice un trabajo integral que garantice condiciones de seguridad, accesibilidad y principalmente un cambio de la consciencia ciudadana que posibilite pasar de la cultura del vehículo privado hacia otro tipo de movilidad más amigable con la calidad del aire.