Reactivación económica de ibarra

Mario García Gallegos

Es una tarea colectiva urgente. La ciudad está sumida en una depresión de más de 50 años después del fracaso del gran sueño del ferrocarril y del puerto de San Lorenzo; fracaso causado por la inercia de una sociedad sin identidad e iniciativas empresariales, por efectos de la sustitución de sus habitantes por otros que llegaron a vivir su jubilación atraídos por su clima, por su ambiente tranquilo etc., lo que ha convertido a Ibarra en una ciudad eminentemente residencial.

Ibarra ha crecido espacialmente desde su dimensión de 81 manzanas, hasta alcanzar las 5.400 hectáreas actuales, pero no se ha desarrollado en productividad, no existen industrias, carece del segmento invalorable de la artesanía y de la dotación de servicios que atraigan y retengan a la población flotante, como lo es la corriente turística que pasa de largo sin regresar a ver.

En el desconcierto que vivimos, hemos escuchado iniciativas risibles como las últimas, en las que se propone que los negocios deben estar abiertos desde las 7 a las 22 horas con imaginarios descuentos, para eventuales e imaginarios compradores.

La ciudad de antaño, era esencialmente artesanal y comercial, y la estructura de sus negocios estaba hecha a la medida de las necesidades de la población. Si queremos una trasformación para convertirla en una ciudad productiva, sus autoridades deben crear políticas claras para atraer la inversión y favorecer estas actividades; deben preocuparse por embellecer la urbe para volverla atractiva, deben junto con los empresarios unirse para trazar un gran proyecto de desarrollo acorde a sus fortalezas y proyecciones. Es urgente recuperar su Centro Histórico que es el capital social no aprovechado.

Se debe reconocer que el Municipio está trabajado en ese sentido, y que se encuentra empeñado en el rescate patrimonial con algunas intervenciones visibles.