Autopsia dice que el balazo fue en el rostro

Referencia. Los occisos fueron valorados por especialistas forenses autorizados por la Fiscalía de Imbabura, en la morgue del hospital público de Ibarra.
Referencia. Los occisos fueron valorados por especialistas forenses autorizados por la Fiscalía de Imbabura, en la morgue del hospital público de Ibarra.

Redacción IBARRA

El protocolo de autopsia realizado en el cuerpo de M.J.M.V., quien fue asesinada la madrugada del domingo en Imbaya, arrojó que el balazo que recibió en su humanidad no fue precisamente en la cabeza.

El informe médico legista determinó que la persona que detonó el arma lo hizo a una distancia no mayor a un metro de la cara de la víctima, por lo que el proyectil entró por la nariz de la infortunada y salió por la parte posterior de la cabeza (occipital), dejando un orificio de salida.

El paso de la munición hizo que el cerebelo y la base del cráneo de la occisa terminen destrozados, por lo que su muerte fue inmediata.

No hubo tortura

Además del disparo, preliminarmente se conoció que la ciudadana habría sido agredida físicamente y torturada, sin embargo, en el documento de autopsia consta que si bien presentaba signos de haber sido amarrada de pies y manos con cintas plásticas, el resto de su cuerpo no presentaba lesiones que determinaran que fue previamente sometida a algún otro tipo de ultraje.

La ciudadana fue encontrada muerta en su finca. Al parecer los antisociales buscaban dinero y otros objetos de valor que no encontraron, por lo que aparentemente mataron a la mujer, siendo el presunto móvil del crimen un asalto y robo, no obstante la policía de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) de Imbabura mantiene el caso en indagación. (MAGC)

Sobre otro asesinato

La madrugada del domingo, Edison Cáceres fue atacado a cuchillazos por personas desconocidas.

El infortunado murió en medio de un confuso incidente registrado en un clandestino evento desarrollado en el barrio Cardón Bajo, en Otavalo.

Según la autopsia, tres puñaladas le asestaron siendo una de ellas la que comprometió su vida al traspasar su corazón, por lo que su muerte también fue instantánea. Este violento hecho de sangre se investiga.