Los sospechosos fueron capturados luego de una persecución. Hay evidencia del delito.
Una agitada noche vivieron los policías encargados de la seguridad ciudadana en el sector La Ferroviaria, al sur de Quito.
Durante la captura de una presunta banda de asaltantes, los gendarmes fueron repelidos a bala por los antisociales. Ellos les dispararon por dos ocasiones a quemarropa, afortunadamente, los implicados tenían mala puntería y no hirieron a nadie.
La llamada de auxilio que recibieron los agentes de Servicio Urbano alertaba sobre un presunto robo en proceso. Eran aproximadamente las 23:00 del domingo cuando los uniformados llegaron al establecimiento comercial.
La gente los alertó, señalando que adentro del local había rehenes y no se equivocaron. Cinco personas se encontraban maniatadas, eran clientes, empleados y dueños del negocio.
Adentro, sin embargo, ya no estaba ningún antisocial. Luego de desatar a las víctimas, los agentes empezaron la ‘cacería’ de los pillos.
La comunidad colaboró con la autoridad brindando pistas sobre el paradero de los antisociales. Los sujetos estaban escondidos dentro de una casa cercana al negocio donde aparentemente robaron.
EL DATO
La Policía no descarta que los implicados hayan atentado contra la propiedad de otros comerciantes. Las autoridades fueron a buscarlos e identificaron a dos personas que mostraron evasión ante la presencia policial. La fuerza pública se les aproximaba y ellos optaron por correr, pero antes, dispararon por dos ocasiones en contra de los policías.
La persecución terminó en las calles Bennet y Carlos Álvarez, de ese populoso barrio. Los agentes lograron someter a los antisociales y les arrebataron las armas que traían consigo.
El operativo tuvo que continuar, pues los testigos informaron que entre los criminales había otro sujeto, el cual fue encontrado en medio de la oscuridad oculto en unas escalinatas. (FLC)
Evidencias
° La captura del trío arrojó como resultado la incautación de tres armas, dos de ellas de fuego y una de fogueo, pero igual de peligrosa.
Los implicados cargaban un intimidante cuchillo de cocina y un machete, que eran empleados como armas blancas para amenazar a las víctimas y así evitar que se interpusieran en sus robo. También llevaban dinero en efectivo, teléfonos celulares que podrían tener relación con actividades ilícitas.