Una profesión sin tacha

POR: Mariana Guzmán Villena

Actualmente hay cientos de profesiones, y con el paso del tiempo y el desarrollo acelerado de la investigación y de la tecnología, y un más responsable estudio de las ciencias que es un resultante de lo anterior, sin duda acrecentarán más especialidades académicas y por ende profesionales.

Hace años atrás eran contadas las carreras de estudios superiores, tan tradicionales como Medicina, Derecho, Ingeniería, principalmente civil; luego fueron creándose más especialidades y en consecuencia más opciones de estudios universitarios no solo ante la exigencia que requería una sociedad ávida de aprendizaje especializado, pues ésta crecía y como resultante las necesidades de un título para acceder a trabajos calificados era urgente. Los responsables de dotar de centros de estudios ilustrativos y de dotar de conocimientos a través de una carrera superior fueron suficientemente responsables de esta realidad creándose muchos ejes de enseñanza donde se impartía lo que el estudiante ameritaba conocer y luego poner en práctica tal aprendizaje.

Entre las profesiones que actualmente existen está la de periodismo, que para acceder a ser un comunicador en la diversidad de medios informativos actuales es menester, por obligatorio, haber obtenido un título en esta rama. Ejercer el periodismo implica desarrollar un gran esfuerzo por visibilizar apegados estrictamente a la verdad y sobre todo respetando las normativas que regulan este trabajo, los hechos o acontecimientos que se generan día a día en un conglomerado humano, ser además oportunos con la información, no importa si deben confrontar situaciones de riesgo, ya que no faltan ciudadanos que consideran que una noticia, por más verídica que sea comentada, afecta a su persona o entorno familiar. La o el comunicador debe ser cauteloso en su redacción, para así no lesionar ningún derecho constitucional, pero sí hacer conocer los sucesos que cotidianamente se van forjando. Lamentablemente como suele apreciarse toda regla tiene una excepción, pero la gran mayoría de informadores han enaltecido su trabajo para con orgullo acceder a un periodismo sin tacha.