Se abre el telón electoral

POR: José Albuja Chaves

A nivel nacional, en Imbabura y, particularmente, en Ibarra se replica el inusitado récord de aspirantes para el evento electoral del mes de marzo del presente año. ¿Aumentó el espíritu democrático en los ciudadanos de todos los sectores de la Patria? ¿Hay la voluntad de trabajar por el desarrollo digno y transparente de nuestros pueblos? De repente, ¿les tomó a los sectores políticos expresados en partidos y movimientos la decisión firme e inquebrantable de servir a la sociedad desde los gobiernos autónomos descentralizados?

Claro que hasta hoy todavía la ley electoral no permite la promoción y propaganda de los candidatos proclamados, los que se han recluido en sus sedes y han eclosionado, algunos, en las redes sociales aprovechando que todavía en este campo la norma no tiene una aplicación de límites. Pero se lee maravillas; se escuchan promesas, y perversamente se usan recursos públicos en la promoción e inauguración de obras últimas. Parece que al final y comienzos del año en ciertos organismos se evidencian generosos recursos económicos que hay que “gastarlos” coincidentemente ahora. Ahora mismo.

Ya llegará el momento de conocer el plan que sostiene sus candidaturas y cuáles los ejes de su accionar, incluyendo los clientelismos. Ojalá lo que planifiquen responda a la realidad de nuestros pueblos y exista el suficiente sustento técnico y económico para su concreción y su respectivo seguimiento. El pueblo ya no está para sorpresas de fin de año y de comienzos de campaña política. Hay que soñar en lo mejor.

Finalmente, un bichito me sopló la buena nueva: todos los candidatos que manteniendo dignidades de elección popular al momento y que se encuentran resueltos a terciar para su reelección a la que por ley tienen derecho, han resuelto solicitar permiso a partir el 01 de febrero para dedicarse a su promoción política exclusivamente, permitiendo no mezclar ni confundir un trabajo delegado por el pueblo con una actividad política que debe realizarse con sus simpatizantes y seguidores. Habría así equidad con los adversarios, y se constituiría en una decisión de respeto y referencia moral ante la propia sociedad. ¡Que así sea!