Lo que nos une y lo que nos separa

Por Jorge Madera Castillo

En una gran inundación selvática, hasta el tigre y el león acérrimos enemigos pueden permanecer juntos tratando de sobrevivir flotando sobre un tronco, sin que se miren como amenaza. Los seres humanos no somos diferentes. Nos han unido eventos o circunstancias especiales y/o amenazantes: la guerra y la defensa de la patria; la presencia de delincuencia agresiva; la defensa de nuestros patrimonios por pequeños que sean; la defensa de la dolarización; la exitosa participación deportiva en copa del mundo; las situaciones de crisis derivadas de eventos sobrenaturales. Cuando esto sucede, los ecuatorianos somos capaces de unirnos y sacamos a flor de piel nuestro sentido de solidaridad.

También han existido grandes factores de desunión o de división, como el regionalismo; el racismo; el clasismo; la xenofobia; los apasionamientos en favor o en contra de los políticos; las acciones de la regalada gana de personajes autoritarios y populistas en el poder nacional y local; actos de corrupción; los favoritismos en el manejo del Estado; la obra pública con equívocos; los apasionamientos ideológicos y religiosos; las visiones diferentes en materias específicas como el aborto; la identidad de género; problemas ambientales; la conservación de patrimonio y tradiciones; la falta de trabajo y de ingresos; el desconocimiento del verdadero significado de la democracia o las interpretaciones respecto de la misma; entre otros.

Hemos tenido más de sal, que de dulce. Lo apropiado es que los pueblos tratemos generar, mantener y alimentar grandes ideales y objetivos de mediano y largo plazos que sean un verdadero pegamento, que convoquen a unirse, y que ocupen nuestras, energías, creatividad, y nuestros corazones. Por ejemplo, Ibarra y la región norte mantuvieron y alimentaron durante muchas décadas un gran sueño y objetivo de salir al mar y contar con un puerto, como un elemento para su desarrollo, que procure trabajo para una población muy pobre; se soñaba y se vivía eso. Este tipo y dimensión de proyecciones lamentablemente hoy no tenemos; simplemente “vivimos”. Los políticos de últimos tiempos no han sabido sintonizar, peor aún guiar. Quienes han llegado al poder, con sus acciones, omisiones, planes y proyectos fallidos y corruptelas se han encargado de dividirnos, sembrar negativismo y malas reacciones, tanto con sus actitudes como con la ausencia de resultados positivos que beneficien a la mayoría; por ejemplo la crónica falta de trabajo que desespera a cualquier familia. No hay familia o grupo social en el Ecuador que no haya sido dividido; y es tan difícil restaurarlo!. Necesitamos una verdadera “limpia” y otro tipo de liderazgos. Expresemos a través de las urnas!

DIARIO LA HORA

24/01/2019