Lo que los ciudadanos necesitamos conocer

Por: Jorge Madera Castillo

Los ecuatorianos hemos sido espectadores de un proceso nefasto y deforme, sin precedentes en la historia. Una verdadera feria de más de 270 organizaciones políticas de todo tipo, tamaño y color inscritas a escala nacional, 5.670 cargos a ser llenados luego de haber escogido de entre de 80.200 candidatos aproximadamente, cada uno tratando de llamar la atención de sus clientelas a través de campañas individuales y colectivas con las cuales han ofrecido “de todo”, financiadas éstas principalmente con dineros del Estado, es decir con nuestro propio dinero. Pocos candidatos con alguna opción por haber sido conocidos como autoridades actuantes, ex autoridades, deportistas, ex reinas, gente de farándulas; pero la mayoría desconocidos, sin competencias necesarias, sin posibilidad alguna de triunfo; y, muchos que se han prestado para ser chimbadores y dividir a los electorados.

Ha sido la campaña del “photoshop”; espeluznantes inversiones en gigantografías, banderas, banderines y toda clase de impresos, material que después de las campañas alimentarán a los basurales, formarán parte del techos covachas, chancheras y conejeras, o veremos amontonados en terrazas y patios posteriores; todo a la final será toneladas basura no degradable. Me pregunto si acaso esta barbaridad hubiese ocurrido si es que: a) El Estado no pusiera el dinero para las campañas y que salga de sus propios bolsillos; b) Se exigiera formación de cuarto nivel y al menos 10 años de experiencia probada, a quienes aspiran administrar los cuantiosos recursos de la cosa pública; c) Se pusieran fuertes tamices que impidan la participación a glosados por Contraloría, a los encausados por la justicia y a personas que han sido sentenciados por dolo; d) probaran que sus ofertas son pertinentes y financiables.

Una de las cosas más graves ha sido la ausencia de rendición de cuentas de las autoridades seccionales salientes, pero no entendida como la promoción de sus obritas, sino como la demostración del buen uso y gestión del recurso público: cuánto dinero recibieron, cómo lo gastaron, cómo priorizaron, cómo ahorraron, cuales son los saldos que quedan, la carga burocrática, cuan endeudada queda la institución, cómo la institución deberá honrar las deudas, cuales son los grandes problemas que dejan irresolutos. En materia de servicios públicos, la provisión y reserva de servicios básicos como el agua con fuentes propias; el tratamiento de la basura; las redes de alcantarillado; el sistema catastral; las eficiencias de los servicios y la tramitología; las vías de comunicación, la movilidad, los mercados, la preservación del ambiente, la preservación del patrimonio, etc. Aunque los resultados arrojarían reelecciones, el hacer un alto, rendir cuentas claras y trazar líneas de arranque para los nuevos períodos, es uno de los aspectos que los ciudadanos aportantes de impuestos, tasas y contribuciones necesitamos conocer al centavo.

DIARIO LA HORA

21/03/2019