El Tahuando se muere

POR: José Albuja Chaves

Ha cobrado fuerza y actualidad la necesidad del rescate del río Tahuando para devolverle su ruta, su aire, su paisaje, sus melodías, y acallar sus lamentos ante la putrefacción de su propia agonía. A lo mejor por ello, un conocido profesional ibarreño se atrevió a proponer que a este ícono se lo rellenara, para así unir la parte oriental de la ciudad con los llanos de La Victoria, y lograr así una fluidez del tránsito con vías en línea longitudinal y transversal. Cosas.

Exactamente, hace dos años, en este mismo medio y columna, bajo el título de “Piedra y Río”, el 14 de abril de 2017, expresaba:

“En medios locales se informa que una entidad cultural de Ibarra ha presentado a consideración municipal un proyecto de ordenanza encaminado a rescatar, recuperar y preservar las obras construidas en las orillas del otrora alegre y romántico Tahuando, y posicionar a lo que se llama Piedra Chapetona como un ícono que rememore la Batalla de Ibarra de 1823, que fuera comandada personalmente por Simón Bolívar”.

“Igual, conocemos que se encuentra activo un Plan de Manejo de Gestión Integral de la cuenca del río Tahuando que “busca conservar este recurso a través del compromiso ciudadano, de autoridades, instituciones educativas, y más de 2.000 colegiales dispuestos a que en dos años las acciones se institucionalicen, generando conciencia del cuidado de nuestra biodiversidad”.

“He ahí dos propuestas diferentes en sus objetivos pero no excluyentes entre ellas: la una de carácter histórico-cívico, y la otra de contenido ambiental. El Municipio de Ibarra debería acogerlas a ambas y armar un anteproyecto global para darle contenido a una forma de hacer ciudadanía, de rubricar gestas históricas, para trasmitir a las presentes y futuras generaciones la decisión por legar un suelo limpio, oxigenado y de naturaleza viviente que no en indolente extinción”, decía.

No solamente busquemos lo particular. Aceptemos los temas globales para fundir en un solo haz una propuesta que nos cobije a todos generacionalmente. Río y piedra que sean herramientas, a la manera de pretextos válidos, para generar más Ibarreñidad.

¡Pero, como siempre, al terminar una gestión municipal, otra vez estamos en pañales!