Miguel Ángel Rosales Homenaje a la consecuencia

El Partido Socialista Ecuatoriano fue fundado por una asamblea reunida en Quito entre el 18 y 23 de mayo de 1925. En Imbabura fueron varios los pilares de edificación del partido.

En esos primeros días de intensa entrega, trabajo ímprobo y lucha desigual contra la barbarie dogmática de una sociedad sofocada por el oscurantismo, se integró al grupo de militantes socialistas el joven Miguel Ángel Rosales, que había comprometido ya su acción política militante en las aulas de la Universidad Central.

No solo reconocemos en él su militancia política, sino también su limpia y honrada trayectoria de ciudadano, servidor público y hombre de bien.

El socialismo ecuatoriano no tiene herederos políticos ni beneficiarios advenedizos. Está vivo y enfrentando vigorosamente el reto de la lucha futura. Ahora, cuando ante un gobierno entregado a los más oscuros intereses de la burguesía criolla y el imperialismo, el reformismo ha dado manifiestas pruebas de debilidad, se consolida la lucha socialista sin concesiones con los cínicos empresarios de la reconstrucción nacional.

Por ello, junto a compañeros como Miguel Ángel Rosales, que han entregado más de medio siglo a la causa, se levanta ahora una juventud valiente y prometedora que retoma con orgullo las banderas de los luchadores socialistas. Más allá del cálculo oportunista, de la participación política sin principios, hay una nueva militancia que cree en la vigencia de un partido que representa una clara alternativa ideológica.

Discurso en el acto de homenaje del Partido Socialista

Ibarra, mayo 31, 1985

(Resumen del texto extraído de ‘Gente de Imbabura’, de Enrique Ayala Mora)